Estamos salvados

Beatriz Manjón

TELEVISIÓN

12 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Dicen que lo más difícil es hacer reír, pero yo creo que hay algo mucho más complicado, deshacerse del sambenito de gracioso y resultar creíble. Si hay alguien que lo ha conseguido, por méritos propios, sin ayuda, ese es Jordi Évole. Su naturalidad, su inagotable curiosidad, su ingenio, su ironía y su cualidad de follonero han tenido un reconocimiento profesional que la audiencia y las redes sociales ya le habían dado, el Premio Ondas al mejor presentador. Un presentador que nada tiene que ver con el concepto de comunicador-estrella, ese muñeco en manos de guionistas ventrílocuos, ese busto parlante de sonrisa perpetua, sino más bien con el de profesional multiusos que investiga, guioniza y comunica. Dice el conductor de Salvados, en La Sexta, que con este premio su suegra pensará que hace algo serio. Pero los que hayan visto los oportunos especiales de ETA saben que nada hay tan serio que no pueda decirse con una sonrisa, ya lo dijo el dramaturgo Alejandro Casona. Como muchos de los que nos dedicamos al periodismo, Jordi no cree en la objetividad sino en la honestidad y es experto no solo en expresar lo que pensamos pero no nos atrevemos a decir, sino en decirlo sin que a nadie pueda molestarle. A veces, el talento tiene su reconocimiento. Estamos salvados.