«Soy poeta por encima de todo»

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA VOZ | MADRID

TELEVISIÓN

JUAN LÁZARO

Molina presenta hoy en Madrid «El rumor del tiempo», una antología de su poesía que Antonio Gamoneda define en el prólogo como «grande, poderosa y reveladora».

12 sep 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

César Antonio Molina (A Coruña, 1953) presenta hoy en Madrid El rumor del tiempo (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores), una antología de su poesía, que su «amigo y maestro» Antonio Gamoneda ha definido como «grande, poderosa y reveladora». Cuando se pide a Molina que elija un verso significativo de su obra no duda: Todo pasa sobre un lugar que se desvanece. El autor de Vivir sin ser visto prepara también la apertura de la sede del Instituto Cervantes en la calle Alcalá de Madrid. Un edificio de 18.000 metros cuadrados que inaugurarán los Reyes el 11 de octubre. ­-¿Es usted poeta por encima de todo? -Sí, por encima de todo, porque la poesía es el género literario al que me he dedicado con más intensidad y porque ser poeta no es sólo una condición de escritor, sino también una condición personal y humana que ha influido en mí a lo largo de toda mi vida. -¿Cómo le ha marcado? -Me ha hecho tener una manera más humana de ver la vida y de relacionarme con los demás, reflexionar de una forma espiritual, más allá de lo cotidiano, sobre la existencia del hombre. Me ha hecho ser mejor de lo que quizás, de no haber nacido con esta condición de poeta, hubiera sido. -Pero es un poeta que ha demostrado que también sabe gestionar. -No hay nada incompatible en la vida. Por lo tanto el ser poeta no es un hándicap, sino algo beneficioso, porque la gestión requiere inteligencia, imaginación, conocimientos, oír a las personas, estar atento a todo. Esas son condiciones que también tiene la poesía. -¿Cómo definiría su poesía? -Mi poesía es la búsqueda de las razones y los motivos por los cuales el hombre está en el mundo con un destino contra el que no puede luchar, que es el destino de la muerte. -Su poesía ha pasado por etapas diferentes. ¿Puede explicarlas someramente? -Mi poesía ha ido desde una etapa juvenil de deslumbramiento por la historia, las grandes manifestaciones del arte y la cultura a un camino más personal e íntimo de reflexión sobre uno mismo, sobre cómo, a pesar de todos los siglos transcurridos, de todas las civilizaciones, de todo el desarrollo tecnológico, de todo lo que somos, que es mucho y muy grande, seguimos sin saber absolutamente nada sobre nuestro origen y nuestro destino. -En su último libro, «En el mar de ánforas», prescinde de la puntuación ortográfica y de las mayúsculas. -Uno va evolucionando a lo largo del tiempo y va prescindiendo de muchísimas cosas que no son necesarias, que no son fundamentales. En la escritura sucede lo mismo, te das cuenta de que el barroquismo, la imaginería, la carga metafórica han valido durante un tiempo, pero ahora es un tiempo más interior, en el que uno avanza por un túnel de oscuridad y de silencio y trata de identificar las sombras, los sonidos, que son de alguna manera con lo que nos vamos a enfrentar cuando acabemos esta vida y pasemos a otro lugar que desconocemos. Los poetas y los filósofos intuimos esos silencios, esos ruidos, esas sombras de ese más allá que desconocemos. -El viaje es fundamental en toda su obra. -Sí. El viaje exterior como búsqueda de aquello que interiormente no se logra encontrar. Y el interior como viaje hacia el pasado de uno mismo, a través de la memoria, y hacia el futuro, tratando de prepararse mejor para un destino que desconocemos.