Exposiciones de primer nivel convierten a Galicia en un referente para ver arte

La Voz LA VOZ | REDACCIÓN

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La coincidencia de muestras atractivas es el fruto de una programación estable que apuesta por la calidad Las instituciones responden a las demandas de un público cada vez más exigente

19 nov 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

Para ver arte, Galicia. De hace siglos y lo último de los creadores de vanguardia. Tapices, óleos e instalaciones. De artistas gallegos y de México, Francia o Japón. Arte, pero también historia. Las exposiciones abiertas ahora mismo en Galicia ofrecen un panorama lo suficientemente amplio para satisfacer los gustos más variados pero también los más exigentes. Y el público responde. Solamente para ver la muestra antológica de Frida Kahlo en la sede compostelana de la Fundación Caixa Galicia se han contabilizado 32.000 visitantes en apenas dos semanas. Se han formado colas ante la puerta para acceder a la exposición, una estampa que a algunos les ha resultado tan llamativa como los cuadros de la genial artista mexicana. Un número similar de público, en torno a 30.000 en quince días, también ha cosechado el montaje dedicado al Titanic, abierto en el Instituto Ferial de Vigo. Calidad y pluralidad La calidad y la pluralidad, por tanto, marcan este exuberante otoño artístico en Galicia. Además de Frida, Caixa Galicia mantiene abiertas las exposiciones dedicadas al impresionismo ruso en Pontevedra -con presencia estelar de Kandinsky- y a la presencia del mar en los fondos de su colección, en Vigo. Caixanova ha optado por presentar la suya con un criterio temático -muestra en Ferrol cuadros relacionados con la música- y en Ourense ha organizado un recorrido por la obra de los mejores artistas de la provincia, desde el siglo XVII hasta hoy mismo. Por su parte, la Fundación Barrié ha reunido bajo su techo piezas de algunos de los mejores pintores impresionistas: Monet, Cézanne, Pissarro y Renoir, entre otros. La Fundación Torrente, con motivo del premio que lleva el nombre del escritor y patrocina la Diputación coruñesa, exhibe en Santiago una serie de retratos pintados por Eduardo Arroyo. El Instituto Cervantes ha llevado al Kiosco Alfonso de A Coruña los tapices y cuadros sobre el Quijote que encargó Carlos III. La Fundación Barrié reivindica en Vigo los motores del desarrollo industrial de Galicia y en la misma ciudad el Museo del Mar recuerda a Julio Verne. También en Vigo, el Marco invita a ver las creaciones de los artistas de vanguardia de Japón y Austria. Esta eclosión se puede atribuir a factores que van más allá de una coincidencia temporal. Además de contar con una programación sólida, en Galicia ahora juegan a favor varias bazas. Los buenos resultados que da apostar por la producción propia y traer en exclusiva grandes exposiciones se traducen en un alto nivel artístico, que a su vez convoca a un público entusiasta. Además, las colaboraciones con otros museos e instituciones extranjeros permiten ofrecer montajes que de otra forma difícilmente se podrían ver. La coincidencia de estas exposiciones también prueba la demanda por parte del público gallego de una oferta con garantías y una formación de criterio como espectador que es exigente con lo que quiere ver.