«El pánico a las tropas fascistas explica la matanza de Paracuellos»

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA VOZ | MADRID

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El historiador nacido en Dublín reedita su obra sobre la acción más brutal de los republicanos en la Guerra Civil para contrarrestar la propaganda neofranquista.

22 sep 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Ian Gibson (Dublín, 1939) reedita Paracuellos. Cómo fue (Temas de Hoy), una obra que publicó en 1983, de la que no ha cambiado «ni una sola coma». El reputado hispanista nacionalizado español trató de reproducir en el libro lo que sucedió los días 7 y 8 de noviembre de 1936, cuando milicianos republicanos fusilaron a más de 2.000 presos sacados de la cárcel Modelo y otras prisiones de Madrid en Paracuellos del Jarama y Torrejón de Ardoz. El autor de las biografías de García Lorca y Dalí prepara una de Antonio Machado, que se publicará el próximo año. -Las tropas fascistas estaban en la Casa de Campo y el Gobierno se había ido a Valencia el día 6, porque creía que Madrid iba a caer de un momento a otro. La ciudad estaba sufriendo bombardeos en los que morían mujeres y niños. Todos temían que cuando entraran las tropas de Franco se produciría una matanza como la de Badajoz. Queipo de Llano lo anunciaba cada noche en sus sanguinarias argengas y decía que cuando entraran los nacionales las mujeres de los rojos iban a saber lo que era un hombre. La creencia generalizada era que si los fascistas entraban y liberaban a los militares de la cárcel Modelo éstos matarían a los rojos. Paracuellos se produjo porque había un odio feroz por lo que habían hecho los fascistas y un profundo deseo de revancha. Paracuellos fue terrible, pero yo lo entiendo por el pánico que existía. Había un clima de terror, de psicosis colectiva. -¿Quién tomó la decisión de fusilar en Paracuellos a los presos? -Cuando se tomó la decisión había un vacío de poder en Madrid. El Partido Comunista era la única fuerza organizada en la ciudad. Lo que pasó con los presos se organizó en Madrid y sólo en Madrid, sin connivencia del Gobierno de Largo Caballero. Pienso que los milicianos comunistas que lo hicieron fueron aconsejados por asesores rusos como Orlov o Koltsov, que tenían un inmenso poder y prestigio, ya que la URSS era el único país que había mandando armas a la República. Pensaron que no había que perder el tiempo en trasladar a los presos cuando los fascistas estaban fusilando rojos en otros sitios. -¿Qué grado de responsabilidad tuvo Santiago Carrillo?? -No se sabe exactamente, hay muchas lagunas que hay que investigar, pero era el máximo responsbale de las cárceles como consejero de Orden Público los días 7 y 8 de noviembre, cuando tuvieron lugar las grandes sacas de la cárcel Modelo. Desde luego sabía lo que ocurría. En la larga entrevista que le hice y se reproduce en el libro asegura que la prioridad era defender Madrid, y los presos eran menos importantes. No sé si intervino directamente, él dice que no sabía nada.