Gerard Depardieu cree que interpretar a Obélix es una gran responsabilidad

Paula de las Heras COLPISA | MADRID

TELEVISIÓN

J.J. GUILLÉN

El intérprete presentó ayer en Madrid su última película, basada en el cómic francés Alain Chabat sustituye a Claude Zidi en la dirección de «Astérix y Obélix. Misión Cleopatra»

24 jul 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Han pasado casi dos años desde que el gran actor francés se metió por segunda vez en la piel del gigante e irreductible Obélix, y de él apenas quedan los huesos. En este tiempo ha perdido cerca de 25 kilos. Pero en su mirada conserva aún el aire bonachón de su personaje, que, después de cuarenta y tantos años, sigue encandilando a niños y a adultos de todo el mundo. «Interpretar a este ser que se enamora de todo y que está en un estado de asombro continuo es para mi una gran responsabilidad, porque todos le adoran», confiesa el reconocido intérprete galo. Astérix y Obélix. Misión Cleopatra , la producción más cara de la historia del cine francés (50 millones de euros de presupuesto), se estrena este viernes en las salas españolas y Depardieu está en Madrid para promocionarla. Como en la primera parte, Astérix y Obélix contra el César , el actor más internacional de Francia comparte cartel, en esta ocasión, con Christian Clavier, viejo camarada y compañero en varias series de la televisión francesa como Los miserables. Quien sin embargo no repite es el director Claude Zidi, al que ha tomado el relevo tras la cámara el actor, guionista y realizador Alain Chabat. Su fichaje ha redundado, al parecer, en una mayor agilidad en las escenas. En esta macroproducción se respeta el espíritu cómico de los tebeos ideados por Albert Uderzo y el fallecido René Goscinny. El atractivo actor francés comentó: «La comedia es la base de la vida. Nos permite contar cosas terriblemente dramáticas y superarlas». Nuevas aventuras La nueva entrega se centra en una de las aventuras de la popular pareja: la que les lleva hasta el Antiguo Egipto para socorrer al buen arquitecto Numerobis, un pobre hombre que se convertirá en pasto de los cocodrilos si no construye en tres meses un gran palacio para la faraona, papel interpretado por la actriz Monica Bellucci. En el rodaje, las tierras egipcias fueron sustituidas por el desierto de Marruecos. Y durante catorce semanas el equipo tuvo que vérselas con temperaturas extremas: del calor más espantoso al frío más gélido. Sin embargo, Depardieu guarda un recuerdo estupendo. «Yo nunca hago caso de los problemas si no es para buscar soluciones. Es mi forma de ser. Además, fue maravilloso. En el equipo había gente de todos los países y creo que ahí reside la fuerza del filme», confeso en la presentación en Madrid.