Arrecifes artificiales bajo las bateas de la ría ayudan a restaurar el bogavante europeo
ACUICULTURA
El equipo de Climarest aprovecha la materia orgánica que desprende la acuicultura de mejillones en la creación de refugios
09 dic 2025 . Actualizado a las 01:23 h.Situar arrecifes artificiales bajo las bateas podría contribuir a la restauración de los ecosistemas. Así lo han comprobado los investigadores del proyecto europeo Climarest, liderado por la Universidad de Alicante en colaboración con la de Vigo y desarrollado en los fondos de la ría del sur de Galicia. Un primer avance de los resultados, que acaba de ser presentado en encuentros de divulgación con estudiantes, recoge que la instalación de estas estructuras en los fondos de los polígonos es una solución de provecho para recuperar especies de alto valor simbólico y comercial como el bogavante europeo.
En el 2023, los expertos situaron bajo zonas de acuicultura de mejillón activas una docena de arrecifes de hormigón, aunque sin interrumpir la actividad de la industria especializada en esta especie. Fue una decisión estratégica, pues en sus fondos recae una importante cantidad de materia orgánica que los investigadores aprovecharon para crear artificialmente refugios para varias especies. Además, la propuesta permitirá comprobar si estas estructuras ayudan a reducir el impacto ambiental asociado a la deposición de materia orgánica que ocurre bajo los polígonos y que constituye una de las principales problemáticas del sector.
A la espera de que se publique el análisis definitivo, «los primeros resultados muestran que los arrecifes ofrecen refugio y alimento a numerosas especies bentónicas de valor económicos», explicaron los investigadores en el encuentro. La utilidad de esta herramienta también salta a la vista. En el puerto de Vigo, los expertos embarcaron bloques de hormigón de color blanco, que depositaron en los fondos de la ría. Dos años después, se han convertido en «islas de hábitat» y se han visto colonizadas por distintas especies de fauna y flora marina que se alimentan de la materia orgánica desprendida de la acuicultura de mejillón.
«Durante nuestros muestreos hemos encontrado en ellos bogavantes, pulpos, congrios o estrellas de mar», explica el equipo de la Universidad de Alicante que ha ido mostrando los avances en las redes sociales. Han seguido sus recorridos mediante telemetría acústica, lo que les ha permitido detectar su preferencia por cobijarse en los arrecifes.
Pionero
Los investigadores han estado especialmente interesados en comprobar cómo los arrecifes artificiales ayudan a restaurar el bogavante europeo, Homarus gammarus, que en varios puntos de Europa se encuentra en declive. De hecho, en el marco de Climarest, en la ría se ha llevado a cabo con estos crustáceos la primera experiencia en España de acuicultura multitrófica integrada, esto es, un modelo de producción acuícola que cultiva diferentes especies para crear una cadena trófica circular. En zonas de influencia de las bateas, «han mostrado crecimiento adecuado y saludable», avanzan.