Además de para producir pasta de papel, en Galicia se utiliza la  madera de esta especie para la fabricación y reparación de bateas, para hacer tablero y perfiles de ventanas y hasta para el diseño de mangos de herramientas

MARIO BERAMENDI
Redactor

En Galicia se cortan cada año 9,7 millones de metros cúbicos de madera, de los que 5,8 se corresponden con el eucalipto. Aproximadamente, el 80 % de esa materia prima se transforma en pasta de papel, con Ence como motor, pero hay otros usos a menudo socialmente olvidados, negocios que crean valor en el medio rural y que también viven de aprovisionarse de esta especie. Según los últimos datos de la Asociación Forestal de Galicia (AFG), los propietarios forestales facturaron el pasado año 204 millones de euros por la venta de eucalipto, lo que supone el 75 % del total de valor generado en el primer eslabón de la cadena con la comercialización de toda la madera.

Cada poco tiempo, Álvaro Otero, se patea Galicia en busca de los mejores ejemplares de la especie globulus; sus dos empresas, Forestal Arousa y Naval Arousa, se dedican a la fabricación y reparación de bateas. Busca troncos gruesos y largos, ejemplares con 40 y 50 años, que son los idóneos para hacer las vigas de las nuevas plataformas o para sustituir las viejas. «Agora imos tirando, porque teño stock de madeira, pero se sube moito a demanda de traballo non damos feito», explica este empresario. La ausencia de trabajos silvícolas en algunas parcelas, los incendios forestales y el hecho de que muchos propietarios prefieran vender para pasta de celulosa el ejemplar a los 15 años, y así obtener ingresos más rápidos, nublan el horizonte de un sector en el que hay cuatro empresas. «Para a construción dunha plataforma utilízanse entre 18 e 20 eucaliptos, sempre dependendo do número de vigas mestras que conteña o parque de cultivo e do investimento que se realice. Para a súa elaboración só serve a madeira de eucalipto, a única o suficientemente flexible e resistente para soportar os efectos das mareas sen chegar a rompe», explica Álvaro.

MARTINA MISER

No lejos de Arousa, en el concello de Ponteareas, hay una pequeña empresa familiar que también trabaja con esta especie: se dedica a desenrollar los troncos para la fabricación de tablero contrachapado. Roberto Álvarez, está al frente de Maderas y Chapas Álvarez, un negocio que arrancó en 1999. Este negocio compite con gigantes en el aprovisionamiento de materia prima, pero sus responsables consideran que hay sitio para todos. Según explican, Ence busca para pasta madera más joven y con diámetros inferiores, y ellos demandan troncos de entre 30 y 90 centímetros. «Nosotros trabajamos con el globulus, no nos sirve el nitens», precisa Roberto. En rama de esta actividad hay pequeñas y medianas empresas, pero también grandes compañías, como Losan, que se dedican a la fabricación de chapa plan con árboles cuyo diámetro sea mayor de sesenta centímetros.

La importancia del eucalipto en la economía del rural gallego queda de manifiesto en las grandes cifras Tres distritos forestales en el norte de Galicia concentran el 25 % de las cortas de madera de España y el 43 % de Galicia. Esto es, casi la mitad. Un territorio en el que la explotación forestal se ha convertido en una fuente de riqueza para miles de propietarios privados que hacen negocio. De los 9,7 millones de metros cúbicos que se cortaron el año pasado, 4,1 se correspondieron con las áreas de Ortegal, Bergantiños y As Mariñas Coruñesa y A Mariña de Lugo, zonas, las tres, en las que 3,4 millones son para el eucalipto, el principal motor y que acapara el 82 % de la producción.

Precisamente, en el norte de Lugo, en Trabada, está el Grupo Villapol, ejemplo de empresa en constante innovación para aportar valor a la cadena de la madera. Una de sus sociedades hace laminados de eucalipto, que exporta a países como Alemania, Francia, Holanda y Bélgica, un producto que sirve para la construcción de ventanas. «Estos perfiles sirven para esto, pero también pueden tener otros usos: puertas, suelos, escaleras, vigas, tarimas...», explica Daniel Villapol, el consejero delegado. El grupo tiene dos patas: Maderas Villapol, que se dedica a la explotación forestal y a la exportación de maderas en tronco, sobre todo pino y eucalipto, y Laminados Villapol, que surgió pensando en los países europeos que tienen un mayor consumo de madera para carpintería exterior. Toda la madera, de la especie globulus, procede de plantaciones controladas y sostenibles de montes de Galicia.

Mangos de herramientas

Otro de los usos del eucalipto gallego son los mangos de herramientas. Uno de sus fabricantes es Maderas Hermanos García Rocha, fundada en 1959 en la localidad coruñesa de Oza dos Ríos. Hoy está al frente del negocio la tercera generación, que se afana en optimizar la producción y en generar cada vez mayor valor para competir en los mercados. «Nosotros tenemos esa aplicación desde hace ya años; con el eucalipto empezados en 1993, entonces éramos un aserradero de pino, y decidimos diversificar; primero hacíamos los listones para las herramientas, que fabricaban otros, pero ahora ya las producimos nosotros; es un mercado fijo, estable, y supone el 10 % de nuestro negocio; ahora estamos abriéndolo a Portugal y Centroeuropa», explica Benito García, nieto del fundador y que lleva la administración de una industria que está inmersa en un proceso de 4.0, con inversiones para modernizar toda la cadena de producción. Para la fabricación de los mangos de herramientas se abastecen de eucalipto globulus, con un diámetro mínimo de unos 40 céntimetros. «No tenemos problemas de aprovisionamiento», precisa Benito García.