Un paciente se cura del VIH con la médula ósea de un donante solo parcialmente compatible

Raúl Romar García
R. Romar LA VOZ

SOCIEDAD

Hasta ahora, la mayoría de las remisiones del virus tras un trasplante de células madre se había obtenido con una doble copia de la mutación protectora

01 dic 2025 . Actualizado a las 17:24 h.

Timothy Brown fue el primero. En el 2007 entró en la historia de la medicina al convertirse en la primera persona en curarse del VIH mediante un trasplante de células madre para tratar la leucemia  que sufría. Desde entonces han parecido nuevos casos, aunque no demasiados, en los que se logró la remisión del virus en pacientes que se habían sometido a un trasplante de células madre de la médula para tratar sus tumores sanguíneos. Todos ellos tenían algo más en común: la clave de su curación radicaba en que las células del donante tenían una mutación, llamada CCR5 (Delta 32), que impide la entrada del virus en las células diana del VIH, los linfocitos T CD4.

Ahora, un estudio publicado en Nature da a conocer un segundo paciente de Berlín, un hombre de 60 años, con una historia aún más sorprendente. Lleva seis años sin rastro del VIH, pero a diferencia de los episodios anteriores de curación, en este caso el donante de las células era heterocigoto. Es decir, que solo en una de las dos copias de sus genes contenía la mutación. ¿Qué significa esto? Que el donante no era totalmente compatible con el receptor, algo inesperado y que podría ampliar de forma significativa el abanico de donantes elegibles.

El avance, descrito en un artículo dirigido por el inmunólogo Christian Gaebler de la Charité ? Universitätsmedizin Berlin en Alemania, ofrece un nuevo y tentador camino hacia la comprensión de otras formas de curar potencialmente el VIH.

La remisión completa del VIH mediante trasplante de células madre ha sido un fenómeno raro, limitado hasta ahora a siete casos donde los donantes eran en su mayoría homocigotos (con dos copias idénticas) para una mutación protectora en el gen CCR5 (llamada Delta 32).

El pasado año ya se había dado a conocer otro caso, conocido como el paciente de Ginebra, en el que la persona que logró la remisión total del VIH había recibido el trasplante de un donante que no presentaba la mutación CCR5, la que teóricamente era la única que confería protección frente al virus. Esta circunstancia, unida al episodio que ahora se acaba de dar a conocer en Nature, parece confirmar que la mutación CCR5 no es estrictamente necesaria para erradicar el VIH.

De hecho, Javier Martínez-Picado, profesor de investigación Icrea en el Instituto de Investigación del sida IrsiCaixa, señala en un reacción recogida por SMC España que el nuevo caso refuerza la hipótesis de que la mutación CCR5 sería «un extra para evitar posibles reactivaciones», pero no esencial para la remisión.

Josep Mallolas (Hospital Clínic-Barcelona) subraya que la importancia radica en que estos hechos «abren la puerta a estos trasplantes sin que el donante sea homocigoto Delta 32», lo que facilitaría la identificación de potenciales donantes.

El estudio aporta una información novedosa que abre una posible nueva vía de intervención. Julià Blanco (IrsiCaixa) destaca que los autores sugieren un papel relevante a la presencia de anticuerpos protectores (neutralizantes y mediadores de ADCC o citotoxicidad celular dependiente de anticuerpos) en el momento del trasplante.

«Esta es la primera vez que se describe este fenómeno. Dado que disponemos de anticuerpos antiVIH profilácticos y terapéuticos aprobados para su administración a humanos, esto abre una nueva vía de intervención en nuevos casos de cura del VIH», explica a SMC el doctor Blanco, jefe del grupo Virología e Inmunología Celular en el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa.

Si bien el trabajo publicado en Nature es considerado de «muy buena calidad» y confirma que la infección por VIH es erradicable, los expertos insisten en que estos casos no son generalizables a la población seropositiva en general. Todos los supuestos de remisión documentados -hasta ahora se han descrito siete en todo el mundo-  son pacientes que padecían una neoplasia hematológica grave (cáncer de la sangre) y que requerían el trasplante como tratamiento principal, un procedimiento que conlleva un riesgo de complicaciones muy alto y potencialmente mortal.

En este sentido, Josep Mallolas recuerda que «no sería lógico ni ético someter a un paciente a estas terapias tan agresivas si no tuvieran una neoplasia grave de base». «El riesgo de un trasplante de precursores hematopoyéticos es demasiado alto para justificar intervenciones generales para la cura de la infección por VIH que, recordemos, se puede controlar con una tratamiento altamente eficaz y seguro», subraya por su parte Julià Blanco.

España registra 3.340 nuevas infecciones por VIH en 2024 y la mitad son diagnósticos tardíos

Los nuevos diagnósticos de VIH en España han registrado un leve descenso, con 3.340 nuevos casos en 2024, 10 menos que el año anterior (3.350), y el 51,1 por ciento de estos fueron identificados de forma tardía, según muestra el informe de vigilancia epidemiológica del VIH y sida elaborado por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (CNE-ISCIII).

Los 3.340 nuevos diagnósticos representan una tasa de 6,95 casos por cada 100.000 habitantes sin corregir por retraso en la notificación. Tras realizar esta corrección, se estima que la tasa para 2024 será de 7,44 casos por cada 100.000 habitantes. La tasa nacional es similar a las de otros países de Europa Occidental, aunque superior a la media de los países de la Unión Europea.

Respecto al perfil de los afectados, el 85,2 % eran hombres y la mediana de edad al diagnóstico fue de 36 años, siendo más jóvenes los hombres (35 años) que las mujeres (39 años). El 53,7 por ciento de los nuevos diagnósticos se produjo en personas originarias de otros países.

La transmisión del VIH en hombres que tienen sexo con hombres (HSH) fue la más frecuente (54,3%), seguida de la transmisión heterosexual (28,7%) y la ocurrida en personas que se inyectan drogas (1,5%). De este modo, el 83% de los nuevos diagnósticos de VIH fueron de transmisión sexual.

En el momento del diagnóstico, el 31,5% de los nuevos casos suponían enfermedad avanzada. En cuanto al 51,1 % de diagnósticos tardíos, la mayoría se dieron en mujeres (57,6% frente a 50%) y el porcentaje es mayor según aumenta la edad, siendo del 38,7 por ciento en menores de 25 años y del 65,5 por ciento en los de 50 años o más.

El informe recoge que, desde el año 2003, se han notificado un total de 75.359 nuevos diagnósticos de infección por VIH y, entre 2013 y 2024, 46.470. En esta última década, la tendencia en las tasas total y por sexo es descendente, según refleja el documento en un análisis de las tendencias de nuevos casos durante este período.

Según el modo de transmisión, se aprecia un descenso en las tasas en personas que se inyectan drogas a nivel global y en ambos sexos. En los casos de transmisión heterosexual también se observa una tendencia descendente significativa a nivel global y en hombres y mujeres en el período de estudio. Las tasas de nuevos diagnósticos en hombres que tienen sexo con hombres muestran una tendencia descendente entre 2016 y 2024.

El porcentaje de casos con diagnóstico tardío ha aumentado tanto a nivel global como en hombres que tienen sexo con hombres y en mujeres heterosexuales, sin observarse cambios en personas que se inyectan drogas ni en hombres heterosexuales.

Atendiendo al Registro Nacional de casos de sida, en 2024 se notificaron 412 casos de sida, lo que supone una tasa de 0,93 casos por cada 100.000 habitantes sin corregir por retraso en la notificación.

El 80,7 por ciento de los diagnósticos se produjeron en hombres, y la mediana de edad al diagnóstico de sida fue de 42 años. Del total de casos, el 33,7 por ciento se produjeron en hombres que tienen sexo con hombres, el 39,1 por ciento en hombres y mujeres heterosexuales y el 3,9 por ciento en personas que se inyectan drogas. Mientras, en un 22,6 por ciento no constaba información acerca del modo de transmisión.

Desde el inicio de la epidemia en España en 1981 hasta el 30 de junio de 2025, se han notificado un total de 90.669 casos de sida. El número de nuevos casos ha ido descendiendo de manera progresiva desde 1996 gracias a la introducción de los tratamientos antirretrovirales.

En cuanto al perfil del paciente, se observa un descenso continuado del número de casos en personas que se inyectan drogas y de casos de transmisión heterosexual, mientras que los casos en hombres que tienen sexo con hombres se mantienen estables entre 2012 y 2016 y a partir de ese año descienden. La proporción de casos de sida en personas cuyo país de origen es distinto de España ha ido aumentando desde el año 1998 hasta alcanzar el 52,9 por ciento en 2024.