Abre en Arteixo el museo que explica cómo la automoción marcó el siglo XX

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado LA VOZ

SOCIEDAD

El MAHI culmina el sueño de la familia Jove y crea un recurso pedagógico

15 dic 2023 . Actualizado a las 17:58 h.

¿Sabía que Porsche además de superdeportivos también fabricó tractores, o que el Renault Dauphine Gordini (1958) se ganó el apodo de «el coche de las viudas» por lo rápido e inseguro que era? Curiosidades como estas y uno de los relatos más completos de cómo los automóviles han moldeado la historia del siglo XX es lo que podrá encontrarse el visitante del Museo de Automoción e Historia (MAHI), inaugurado este jueves en el polígono de Sabón (Arteixo) y que a partir de mañana estará abierto al público de miércoles a domingo de 10.00 a 19.00 horas.

Son unos 300 vehículos, del medio millar que forman la colección de la Fundación Jorge Jove, varios cientos de piezas más y millones de documentos relacionados con la música, el cine (están las butacas del histórico cine París de A Coruña), la fotografía o el arte, que sirven para contar cómo desde las postrimerías del siglo XIX se ha ido articulando una revolución que, para bien o para mal, ha marcado la historia contemporánea.

 El MAHI, además de la colección de la familia Jove, que ha impulsado y financiado el proyecto, cuenta con colaboraciones muy destacadas, tanto de particulares como de algunas instituciones y empresas. Guarda, por ejemplo, los primeros vehículos a motor que usaron los bomberos de A Coruña, una muestra de vehículos y maquinaria agrícola o las notas de las libretas de Luis Moya con las que ganó el mundial de ralis como copiloto de Carlos Sainz. Pero la joya de la corona es la colección Pegaso, cedida por Iveco después de que estuviese dando tumbos por Salamanca, entre otras localizaciones. Cuenta la historia de la automoción en España a través de los modelos de Hispano Suiza y de la mítica marca de camiones, con modelos únicos como el Solo 500, un prototipo funcional que se manejaba sin volante y que ya tenía GPS y cámaras en 1989.

La apertura del museo responde a un anhelo de más de cuatro decenios en el que está muy presente la memoria de Jorge Jove González, fallecido de manera prematura en 1998. Culmina, por tanto, un proyecto de su familia «nada sencillo», como constató el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, que agradeció el esfuerzo «cuando lo fácil hubiese sido rendirse». Un empeño que dota a Arteixo, como dijo ayer su alcalde, Carlos Calvelo, de una «impresionante colección», pero también de una «oferta de ocio» que incrementa su atractivo a la hora recibir visitantes.

A la pregunta del millón, de «¿cómo se consiguió todo esto?», el presidente de honor y fundador de la Fundación Jorge Jove, Ángel Jove Capellán, contestó, con cierta ironía, que «muy fácil». Recordó que había comprado la parcela, que tienen más de 20.000 metros cuadrados, «en el año 72 o 73». La constructora de su familia se convertía así en «una de las pioneras» en el polígono de Sabón. Luego, su pasión por los coches fue haciendo el resto. Su primer vehículo fue un Seat 1400 furgoneta y se mantuvo fiel a la marca bastante tiempo. El punto de inflexión llegó con un Mercedes Benz 220. Le preguntó al dueño cuánto consumía y la contestación fue: «Ti aínda eres moi novo para isto», dándole entender que si tienes que preguntar por el consumo de un coche así probablemente no debas tenerlo. «Lo compré con dos pisos de Vilaboa y el Dodge Dart», contó ayer Jove, que hizo su primera restauración con un Ford T y que ha querido honrar la memoria de su hijo Jorge, también gran aficionado, con «un hito en la vida» que no es «solo pensar en ti», sino «dejar algo para los demás».

  «Mi padre restauró un Seat 1.500 y me dijo que olvidase las motos»

 El presidente de la Fundación Jorge Jove, Ángel Jove González, que se encargó de presentar las instalaciones, dio cuenta de cómo este museo relata la historia de la automoción en el mundo, en España y en Galicia, pero también en cierta medida la de su propia familia.

«Mi primer vehículo está aquí. Es un Seat 1500», explicó el empresario, que también desveló algunos detalles personales sobre cómo llegó a ponerse a los mandos de un turismo, que se fabricó entre 1963 y 1972, pero que no llegó a sus manos precisamente de estreno. «Mi padre participó en competiciones de motos y tuvo un palmarés que yo nunca tuve. El mío fue más en accidentes. Tuve dos bastante serios y mi padre me dijo que me olvidase de las motos. Bueno, mi padre y los médicos me dijeron que no podía andar en moto. Por aquel momento, hace 42 años, mi padre ya tenía algún vehículo y dijo: 'Voy a restaurar este Seat 1500, que es un tanque y con este malo será que te me mates por ahí por la carretera'», relató el presidente de la fundación, para quien el verdadero reto del museo empieza ahora con toda su potencia divulgativa, pedagógica y de conservación del patrimonio industrial.