
Compagina su trabajo con un arte que es su afición desde hace ocho años. Su relación con la Coral de Ruada le despertó interés para realizar piezas artesanales
26 jul 2023 . Actualizado a las 13:23 h.Un segundo después de pulsar el timbre de la casa de María Belén Vázquez Lamela (Ourense, 1969) en la ciudad de As Burgas se escucha su voz animando a entrar para descubrir un rincón de su salón transformado en un pequeño taller de bordado al aire. Un maniquí de gran altura espera vestido con una camisa blanca, por encima un dengue negro y una larga falda del mismo color. Al lado, una mesa con un cartel azul identificativo de su pertenencia a Artesanía de Galicia. Junto al letrero descansa un soporte con un collar elaborado con la técnica de bordado al aire. Sobre un pequeño cojín rectangular se puede ver un diseño impreso y plastificado que Lamela ha empezado a realizar. María Belén ya tiene posicionados también los materiales que emplea para la realización de esta técnica y un muestrario con distintos diseños. La colocación de todos los elementos mencionados demuestra que Vázquez Lamela no es la primera vez que abre las puertas de su domicilio, convertido en taller, para mostrar un arte que lleva siendo su afición desde hace ocho años.
«Yo trabajo en una empresa, el bordado al aire me cogió con 46 años. Yo ya tenía una vida hecha y esto es más como un hobbie», afirma María Belén.
El bordado al aire es una técnica tradicional que se emplea en la decoración de trajes de gala gallegos. Vázquez descubrió este arte gracias a su vinculación a la Coral de Ruada, una agrupación musical centenaria de Ourense, de la que es encargada de vestuario desde 1998.
«Me puse a investigar con el tema del traje tradicional y de todo lo que forma el vestuario tanto de hombres como de mujeres. Empecé a interesarme y a ver piezas antiguas de bordado al aire y a raíz de ahí empecé a hacerme mi traje», recuerda la artesana.
La elaboración basada en este método es muy antigua y laboriosa y recibe su nombre por no estar sujeto a ningún tipo de tejido. «Cuando bordas con hilo está sujeto a una tela, pero aquí no, aquí queda la puntilla al aire. Esto es lo que se cose a las piezas», explica María Belén.
La confección de piezas utilizando bordado al aire destaca por el tiempo que se llega a tardar en la realización de piezas y no por lo costoso que resulta. María Belén emplea cordón soutache, canutillos de cristal checo o cortadillo, bobina de hilo, agujas y alfileres.
«Vale más el trabajo. Es sentarte, coser y coser hasta las dos o tres de la mañana. Para hacer una plantilla sencilla igual me lleva tres días», asegura Vázquez. El interés que han despertado los diseños de esta artesana ourensana han hecho que sus bordados no sean solo para trajes gallegos.
«Di bastantes cursos en asociaciones. La gente me decía: ‘¿esto, dónde podría ponerlo? o ‘qué bonito para ponerlo en un bolso'. No todo el mundo necesita el bordado al aire para un traje», explica Lamela.
Hoy en día esta técnica está en auge a pesar de ser muy antigua. «Está muy de moda. Tanxugueiras fue a Benidorm con trajes que tenían bordado al aire», menciona María Belén. Ella elabora también collares, brazaletes e incluso cuellos de jersey.
No es solo para trajes
Actualmente el bordado al aire no se emplea solo para trajes tradicionales gallegos. «Me reinventé con el tema de collares, de brazaletes e incluso tiras para bolsos o cuellos de jersey», dice la ourensana.