La ciudad sumergida del Caribe

Héctor Estepa BOGOTÁ

SOCIEDAD

Los restos de Port Royal, en Jamaica, destruida en el siglo XVII, aspiran a ser incluidos en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco

27 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue conocido como el lugar más vil del planeta. Port Royal, antigua plaza fuerte de Jamaica, infame hogar de piratas y corsarios, donde los bares y los prostíbulos suponían un cuarto de los edificios de la urbe, era uno de los puertos más importantes del Nuevo Mundo a finales del siglo XVII.

La ciudad fue creada por los británicos en 1656. Jamaica había sido dominada por España hasta un año antes, cuando Oliver Cromwell tomó la isla sin declaración de guerra previa. Madrid, sin embargo, continuaba controlando los mares del Caribe, y Londres no tenía los hombres necesarios para proteger la plaza. La solución al problema cambiaría para siempre aquella parte del mundo: los británicos recurrieron a piratas, amparados por la corona, para defender la isla.

Port Royal se inundó entonces de personajes de dudosa reputación, que gastaban en la ciudad del vicio el botín obtenido en las aguas, sin que las autoridades de la corona pudiesen hacer mucho por establecer normas.

La urbe pronto floreció, aupada, asimismo, con el dinero producido por el tráfico de esclavos y la producción de azúcar y madera, atrayendo a soldados de fortuna, que veían en el lugar posibilidades de prosperar.

Port Royal es descrito en el libro Caribe, del viajero norteamericano James Michener, como una ciudad «sin ninguna restricción de ningún tipo», donde los piratas arribaban por la noche «para hacerse cargo del lugar». Desde los muelles de la urbe jamaicana salía el barco del capitán Morgan en busca del botín español. Allí se planearon los ataques a Panamá y Maracaibo.

En 1692 Port Royal ya contaba con unos 7.000 habitantes, la misma población que tenía Boston en aquella época. Y entonces ocurrió la catástrofe. Un brutal terremoto, seguido de varios tsunamis, acabó con la vida de unas 2.000 personas, y mandó dos tercios de la ciudad al fondo del mar. La ciudad ya nunca volvió a ser la misma. Kingston, a unos 29 kilómetros, se convirtió en la urbe más importante de Jamaica.

Port Royal es ahora un pequeño poblado de pescadores. Apenas sobrevive de la época anterior al terremoto el fuerte Charles, que aparece en la película Piratas del Caribe. Eso, sobre el nivel del mar. Bajo el agua, a escasos metros de la superficie, sí se han conservado decenas de edificaciones, que pueden ser visitadas por buceadores con un permiso especial del Gobierno.

A pesar de los años, parte de las construcciones están en relativamente buen estado, en un lugar donde se paralizó el tiempo. Varias excavaciones recientes han hallado objetos como copas de vino y cerámicas bajo el lodo marino. Acceder a la ciudad submarina es como hacer un viaje al pasado.

El Gobierno jamaicano quiere ahora que Port Royal sea Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. No hay, aseguran las autoridades, otro lugar similar en el continente americano.

«La ciudad conjura imágenes de piratas saqueadores, conquistas navales, pillaje, riquezas, destrucción y devastación», reza el escrito presentado por la delegación jamaicana ante la institución internacional.

La Unesco aplazó la inscripción de Port Royal en el 2019, por considerarlo prematuro. Pero hizo unas recomendaciones al país para poder incluir la ciudad sumergida en su célebre lista. Las autoridades de la isla lo volverán a intentar, convencidas de que proteger el legado de Port Royal es necesario para comprender la historia de Jamaica y el Caribe.