El infierno de Carles Francino con el covid-19: «Sufrí un ictus y perdí la voz»

Martín Bastos

SOCIEDAD

Carles Francino, muy emocionado, en su regreso al programa «La Ventana»
Carles Francino, muy emocionado, en su regreso al programa «La Ventana» Cadena Ser

El locutor volvió a la radio tras 47 días y relató su paso por el hospital: «Las pasé canutas. Me asusté»

11 may 2021 . Actualizado a las 08:47 h.

El locutor de la cadena Ser, Carles Francino, se reencontró este lunes con sus oyentes en el programa La ventana. Llevaba 47 días alejado de las ondas, y ahora ha querido narrarles cómo ha vivido este tiempo en el que luchó contra el coronavirus y logró superarlo. Muy emocionado, Francino, de 63 años, relató que después de haber estado en contacto con una persona infectada, al aire libre y con mascarilla, «me fui a casa cabreado como una mona porque pensaba que era una medida exagerada». 

En la empresa consideraban que lo mejor era tomar esa decisión, aunque el locutor no estaba muy de acuerdo al principio. A los cinco días todo cambió e ingresó con una fiebre muy alta en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid. «Las pasé canutas en algún momento, sobre todo durante 48 horas, en que los indicadores al parecer eran bastante malos, incluido un ictus del que, afortunadamente, parece que no me ha quedado ninguna secuela. Perdí seis o siete kilos, perdí mucha masa muscular, además perdí la voz, no es que tenga mucha, pero la poca que tengo la perdí. Me asusté, pero bueno, yo he salido. En cambio, el contacto estrecho, que es un familiar muy próximo, murió el 12 de abril, y otra muy próxima, se recupera lentamente tras pasarse casi un mes en la UCI. Además, mi mujer, y mis hijos pequeños también sufrieron el ataque del covid, aunque con menor virulencia», relató muy afectado, al borde de las lágrimas, teniendo que parar en varios momentos su discurso al comienzo del programa. 

«¿Es posible que nos hayamos olvidado de los sanitarios? ¿Dónde han quedado aquellos aplausos de las ocho de la tarde?», se preguntó el locutor de radio. «Hay momentos en los que les notas cansados, asustados también... y cabreados, desde luego. Lo cual me lleva a la segunda reflexión. ¿Cómo no van a cabrearse Laura, enfermera, o Alejandro, enfermero, dos de los que me atendieron a mí, cómo no van a cabrearse viendo lo que se ha visto este fin de semana? Que en la UCI del Clínico de Madrid se escuchara el ruido del botellón en la calle la verdad es que no tiene nombre», reflexionaba visiblemente cabreado. 

«No voy a entrar en análisis políticos, ni en decodificar resultados electorales, que cada uno vote a quien le da la gana, faltaría más», añadía. «Pero solo digo una cosa: el covid ha afectado a mucha gente, a muchísima, pero a otra mucha no. Y tengo la sensación de que en ese segundo colectivo, mayoritario por suerte, las alusiones a muertos, a contagiados, a hospitalizados… ya sobran, molestan, ¿no? Solo así se explican algunos comportamientos. Y sí, claro que determinados discursos políticos o decisiones erróneas fomentan esos comportamientos. Pero hoy no quiero entrar en eso», proseguía. 

«No es que yo haya vivido algo diferente a lo de miles y miles de familias, pero como tengo un pequeño altavoz, a ver si contarlo sirve de algo o me sirve de algo», argumentaba Francino antes de comenzar su relato. 

«Un cariño que a mi familia y a mí, sinceramente, nos ha desbordado en estas semanas tan complicadas. No solo de los amigos más próximos, de las burbujas familiares, sino de la radio, de toda la radio, de los compañeros, de las compañeras, de un montón de oyentes, de personas que un día entrevistaste... ha sido abrumador. Si el cariño fuera una hipoteca, yo estaría pagando plazos lo que me queda de vida», proseguía. 

«Han tenido que pasar 47 tardes para que él, una persona sin patologías previas, fuerte, con salud de hierro, pueda recuperarse», decía su compañero Roberto Sánchez. «Ha vuelto pletórico, tiene una pinta estupenda y abraza igual de fuerte», añadía Ángels Barceló. 

A finales de marzo, Sánchez, que ha seguido al frente del programa desde hace 47 días, relataba que estaban en cuadro de personal. «Si normalmente estamos trabajando ahora en la redacción en torno al 40-50 % del equipo, hoy a duras penas estamos el 20 % y con el refuerzo de una compañera de A Vivir», añadía.