En este momento se encuentra en el Senado y las enmiendas se pueden presentan hasta el próximo 9 de febrero
12 ene 2021 . Actualizado a las 10:04 h.El próximo 29 de marzo se aprobará de manera definitiva la ley de eutanasia, si no se admiten enmiendas al texto. Estas, junto a las propuestas de veto, se podrán presentar hasta el 9 de febrero en la fase en la que se encuentra la tramitación de la norma. Nuevamente, ha dividido el Parlamento en dos. Si, por un lado, ha contado con 198 votos a favor de las fuerzas que habitualmente respaldan al Gobierno, junto a los de Ciudadanos, Junts per Cataluña y la CUP, en frente 138 votos de la derecha (PP, Vox y Unión del Pueblo Navarro) han mostrado su rechazo.
Los argumentos puestos sobre la mesa van desde que «nadie puede obligar a alargar la vida de otra personas», como dijo la portavoz socialista María Luisa Carcedo, a la insistencia de «universalizar los cuidados paliativo» que reclama Jose Ignacio Echániz, del Partido Popular. El vicepresidente Pablo Iglesias, por su parte, apeló a que se trataba «de una cuestión de libertad y dignidad» y Lourdes Méndez (Vox) la califico como «despiadada, inhumana e ilegítima».
Ahora todas esas tachas se podrán presentar y tratar en cuanto el Senado recupere la actividad parlamentaria. La proposición de ley contempla que las personas mayores de edad que padezcan una enfermedad grave e incurable o un padecimiento grave, crónico e imposibilitante que cause «un sufrimiento físico o psíquico intolerable», sin posibilidad de curación o mejoría, podrán solicitar ayuda médica para morir. Esta prestación se incluirá dentro del Sistema Nacional de Salud. Se hará en centros sanitarios públicos, privados o concertados. También, en el domicilio del paciente. La aplicación correrá a cargo del médico responsable del proceso que, no obstante, podrá ejercitar la ley objeción de conciencia. Para ello deberá advertido por anticipado y por escrito.
Para materializarse finalmente la eutanasia será necesario confirmar su voluntad de morir al menos en cuatro ocasiones a lo largo del proceso. Este durará un máximo de 40 días y, según la futura ley, será controlado por una comisión de garantías y en cualquier momento podrá echarse atrás. Dicha comisión se constituirá en cada comunidad con un número mínimo de siete personas, en las que se incluirá personal médico y juristas. El hecho de este carácter autonómico ha despertado críticas entre los sectores pro-eutanasia. Consideran que se puede establecer así un bloqueo indirecto en función de la ideología del gobierno de cada comunidad autónoma.
Sexto país del mundo
La aprobación de esta ley convertirá a España en el cuarto país europeo (tras Holanda, Bélgica y Luxemburgo) y sexto del mundo (Colombia y Canadá también la admiten) que otorga la posibilidad de decidir sobre el fin de la vida a pacientes con condiciones muy graves e invalidantes.
El primer paso para la extensión de este tipo de regulaciones lo dio Holanda. Su ley data del año 2002 y es más flexible que la española. Por ejemplo, mientras que en el caso español se fija la mayoría de edad como requisito general, en el holandés se permite pedirla desde los 12 años, con consentimiento de los padres hasta los 16. Respecto a la comisión que controla el procedimiento, en Holanda actúa después del acto y no a priori como en España. De ahí que el gobierno insista en que se trata de una legislación garantista.
En el país neerlandés aparece en el horizonte un nuevo objetivo. Después de que el gobierno encargase un estudio, se ha abierto un debate sobre autorizar la eutanasia a la gente que «está cansada de vivir», aunque no padezca ninguna enfermedad crónica o padecimiento grave y diario. En ese sentido, más de 100.000 personas pedían poder disponer de esa opción.