El taller Figulus, de los artesanos Tomás López y Otilia Arias, es uno de los dos que mantienen viva en la actualidad la larga tradición alfarera de Sober, una artesanía característica de la Ribeira Sacra lucense
02 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El taller de alfarería de Tomás López González y su mujer, Otilia Arias García, es uno de los dos que se mantienen activos en el municipio de Sober, en la Ribeira Sacra lucense, que cuenta con una larga tradición en este tipo de artesanía. Entre las piezas que fabrican esta temporada figura un barreñón, un recipiente de gran tamaño -unos 75 centímetros de diámetro por cuarenta de altura- que se emplea para preparar la zorza en la época de las matanzas. «Hoxe hai xente que segue usando os barreñóns para facer zorza e chourizos, pero hai tamén quen os utiliza para outras cousas, como colocar testos con flores», dice López. «No uso que lles queiran dar os clientes xa non me meto», añade.
No son estas las únicas piezas que salen del taller Figulus -alfarero en latín-, donde también se elaboran recipientes de muchos otros tipos, usos y tamaños. «Facemos xerros, ámboas, meleiros, escorrecubas e as demais pezas típicas da olería de Gundivós», explica el artesano. Aunque su taller no se encuentra en esta parroquia -que da nombre a la alfarería propia de Sober-, López recalca su fidelidad a la tradición local. «Inicieime neste oficio vendo traballar a unha tía avoa que era unha oleira de Campoverde, na parroquia de Gundivós», explica. Y también, añade, con otros alfareros clásicos de Gundivós, como José Rodríguez Ventura, Obdulia Lula Rodríguez o Alonso Díaz.
Además de seguir estos modelos, López señala que su formación también ha sido en parte «autodidacta, de usar a lóxica e de ir adquirindo práctica». Modelar el barro en el torno, a su juicio, «é case como tocar a guitarra, é aprender a facer equilibrismo cos dedos». Si bien una gran parte de su producción se ciñe a los modelos tradicionales de Gundivós, el alfarero también ha desarrollado algunas creaciones propias. «Hai anos fixen por encargo unhas queixeiras para gardar o queixo tapado que non me deixaron moi convencido e ao final desenvolvín un modelo do que estou satisfeito», apunta a este respecto. El taller Figulus también se presta a elaborar otras piezas por encargo, según el gusto de los clientes.
Tomás López indica por otro lado que la alfarería tradicional de Sober no solo se caracteriza por su tipología, sino también por la técnica que consiste en montar los recipientes a base de unas tiras de barro denominadas cirillotes o churros, y por el proceso de cocción en el que las piezas adquieren una característica coloración oscura. «No noso obradoiro dámoslle tamén moita importancia ao uso do barro nativo, que os oleiros de Gundivós sacaban das barreiras de Figueiroá e Santa Cruz», dice. También se puede obtener barro -agrega- en otra parroquia de Sober, la de Canaval. «Pero ese barro ten outra consistencia e só serve para facer cousas pequenas», puntualiza.
El responsable del taller Figulus defiende por otra parte la singularidad de la alfarería de Sober. «A nosa olería é a máis antiga de Galicia e ten as súas raíces no Neolítico e no mundo castrexo -afirma-, mentres que as os dos outros centros alfareiros galegos son máis proximas aos ámbitos romano e árabe».
Ubicación
El taller Figulus está en la localidad de Corbelle, en la parroquia de Proendos
Visitas
Es preciso hacer una reserva en los teléfonos 982 460 546 y 616 706 356