-Señalan que muchas mujeres han normalizado esos comportamientos. Asumen que «la noche es así». ¿Por qué?
-Porque no se educa. En los patrones de seducción patriarcal heterosexuales los hombres son activos sexualmente y necesitan desahogarse. Hay un estereotipo sobre lo que es un hombre y las actitudes que tiene cuando sale de fiesta parece que son producto de esa virilidad. Las mujeres que no tienen una conciencia feminista dicen: «Es que los tíos son así, son pesados y unos babosos». En el estudio salen testimonios de chicas y chicos que señalan que aún hay quien piensa si una mujer dice que no, realmente quiere decir que sí. Entonces, a ellos no les importa sobrepasar el límite, porque en el patrón relacional las chicas tenemos que mostraron en resistencia y hacernos difíciles. Se está erotizando la insistencia. Lo dicen: «A mí lo que me pone es una tía difícil». Y eso lleva a forzar.
-Hablan de la «camaradería masculina»: pedir permiso a otro hombre para cortejar.
-La camaradería masculina es algo más amplio, que se usa en alusión al pacto entre varones. En este caso hay un grupo mixto, con chicos y chicas. De pronto, un chico ajeno quiere ligar con alguna de ellas y lo que hace es pedir permiso de alguna forma. O asegurarse si alguna de esas mujeres es de la propiedad de un hombre con el que están. ¿Están con vosotros? ¿Podemos? Ellas dicen: ¿Por qué no me lo preguntan a mí directamente? Sería lo lógico. Ellas sienten esos guiños entre hombres.