«¡Quiero una casa en la aldea ya!»

SOCIEDAD

Miriam Gallego, con su hijo, antes del confinamiento
Miriam Gallego, con su hijo, antes del confinamiento cedida

Miriam Gallego Requejo, casada, con tres hijos y dos mascotas, asegura que no volverán a pasar otro confinamiento en un piso

17 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La posibilidad de un rebrote del covid-19 que los expertos sitúan en otoño o finales del verano ha hecho reaccionar a la familia de Miriam Gallego Requejo, que adelantó los planes que tenía de comprar una casa y ha decidido que tiene que ser ahora. «No vuelvo a pasar por lo que pasé», señala, refiriéndose al confinamiento en un piso con su marido, dos hijas de 25 y 23 años, y un adolescente de 14, además de dos mascotas. «Quiero una casa ya y la quiero en la aldea, sin tráfico y con un pequeño jardín o terreno al aire libre. Necesito irme ya!», insiste. Y sin esperar más, en la primera semana de la fase 1 de la desescalada iniciaron la búsqueda de esa ansiada propiedad.

El pasado jueves ya tenían concertadas tres visitas a otras tantas viviendas a través de la inmobiliaria Inmonosa.

Miriam y su familia se asentaron en Ferrol hace cinco años por motivos laborales. Procedían de Valladolid y residen en un piso de alquiler en la zona del puerto. Según comenta, ya tenían en previsión comprar una casa, pero ahora, a causa de la pandemia del coronavirus, y aprovechando que a su marido, que trabaja en Lidl Logística, en el polígono Río do Pozo, en el municipio de Narón, «lo van a hacer fijo», se disponen a mudarse lo antes posible.

En la actualidad, ella no trabaja fuera de casa, porque es cocinera y la situación del sector de la hostelería está en horas bajas, como muchos otros.

Miriam asegura que lo pasó «fatal» e insiste en que no quiere que el posible rebrote de la pandemia los vuelva a coger viviendo en el piso. Manifiesta sentir una envidia sana de las personas que tienen una casa con un terrenito y no busca que sea en una zona de playa, como la mayoría de los demandantes de vivienda en la actualidad, sino que quiere que sea un lugar apartado y sin tráfico, en el que su familia pueda respirar aire puro. 

Un espacio al aire libre

Miriam insiste en que pasaron muy mal el confinamiento, sobre todo por su hijo adolescente, que es súper activo y un gran amante del deporte, y también por los dos perros de la familia. «Quiero tener un espacio en el que mi hijo pueda jugar al fútbol y todos podamos estar al aire libre, sin agobios y sin preocuparnos por los contagios», indica, algo que en la ciudad resulta imposible. Y no es la única que tiene esa aspiración, porque el temor a ese indeseado rebrote del covid-19 ha desatado las ansias de una vivienda independiente en la mayoría de los ciudadanos que residen en pisos, provocando un interés por el retorno a las aldeas que se han visto despobladas décadas atrás, por una emigración masiva a las ciudades.