La buena evolución de la lucha contra el coronavirus en Dinamarca, uno de los primeros países que cerró fronteras y centros educativos, ha suscitado el optimismo de las autoridades, también las sanitarias, que se felicitan por que la tasa de personas contagiadas por infectado se haya reducido a 0,6.
El máximo responsable en infecciones del Instituto Nacional de Salud, Kåre Mølbak, se mostró convencido de que Dinamarca podría mantener una cifra baja de contagios y muertes hasta la aparición de una vacuna contra el coronavirus sin necesidad de lograr que el 60 % de la población se inmunice, gracias al éxito del distanciamiento social.
La primera ministra danesa anunció que la evolución positiva del coronavirus en Dinamarca permitirá levantar otras medidas restrictivas en esta primera fase, de ahí que haya convocado al resto de grupos parlamentarios para iniciar una negociación, aunque sin especificar qué sectores podrían verse afectados.
Varios medios han especulado con la posibilidad de que la reapertura se amplíe a pequeños comercios como peluquerías o clínicas de fisioterapia, como ya ha anunciado Noruega, que reabrirá también guarderías y escuelas a partir del lunes.
Suecia, que sigue una estrategia más suave que el resto de sus vecinos nórdicos, no las ha cerrado en cambio en ningún momento, aunque sí institutos y universidades.