¿Se prohibirán las terrazas con estufas en bares y restaurantes debido al cambio climático? Esta ciudad ya lo ha hecho

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SOCIEDAD

Rennes se convierte en la primera población de Francia en vetarlas y la decisión inquieta a clientes y hosteleros; la razón, la lucha contra el calentamiento global

09 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En muchos países europeos las terrazas de bares y restaurantes sobreviven durante el invierno gracias a las estufas, a la calefacción exterior. Es una estampa típica en París o en Bruselas. Los clientes sentados en plazas y calles a pesar de las bajas temperaturas gracias a estos calefactores exteriores. Pero puede haber llegado el principio del fin de esta práctica. La ciudad de Rennes se convierte en la primera población francesa en prohibirlas como parte de la transición ecológica y ambiental. Y la razón es que creen que contribuyen al cambio climático. La nueva norma entra en vigor con la llegada del 2020.

«Con el desafío ecológico ante nosotros, debemos ser ejemplares en el espacio público. En ciudades con más de 200.000 habitantes, Rennes será el primero en prohibir la calefacción en terrazas», dice al diario Le Monde el vicealcalde socialista Marc Hervé, responsable del área de comercio y hostelería en este municipio. Hervé afirma que la decisión se votó en junio en el Ayuntamiento y que, tras un semestre de consultas, fue aprobado con muchos apoyos.

En Francia las terrazas climatizadas han ido ganando terreno como en otros países. Con el avance de las leyes antitabaco, los restaurantes y bares fueron buscando soluciones para no perder a sus clientes fumadores e invirtiendo en ellas. Su objetivo fue convertir las terrazas, donde sí se puede consumir cigarrillos, en un sitio más confortable más allá de los meses en los que hace buen tiempo. Por eso comenzaron a invertir en toldos (en los últimos diez años la instalación se ha doblado en Francia según France Info), estufas eléctricas y de gas y otro dispositivos calefactores.

Los activistas contra el cambio climático argumentan que, con esta tendencia, se ha doblado el gasto y que muchos locales tienen sus estancias interiores vacías y las terrazas rebosantes, con los que se han doblado las zonas que necesitan calor y mantenimiento, con el gasto y la contaminación consiguientes. Consideran que con normas como las de Rennes los clientes volverán al interior y saldrán a fumar de forma puntual, evitando el encendido de las estufas exteriores. Muchos hosteleros temen que la norma provoque la caída de la afluencia a sus establecimientos y otros piensan que no hay que dramatizar como cuando se aprobaron las leyes antitabaco, porque finalmente los franceses cambiaron sus hábitos con el cigarrillo pero siguieron consumiendo en estos locales.

Grenoble y Burdeos también estudian la aplicación de medidas similiares. La prensa francesa ha publicado que ya se planteó hace años una norma parecida en un distrito de París, pero que se aparcó debido a las presiones del sector, que, a cambio, acabó pagando más impuestos municipales por las terrazas.