La tosferina se desploma en Galicia

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Tras el resurgimiento de la enfermedad a principios de esta década, los casos caen drásticamente, sobre todo en menores de un año, con la vacunación de las gestantes

06 abr 2019 . Actualizado a las 10:06 h.

A principios de este siglo la tosferina resurgió en países avanzados que tenían una cobertura de vacunación alta. ¿Por qué? Por un lado debido a que mejoraron las técnicas diagnósticas y se detectaron más casos, y por otro por la pérdida de la protección inducida por la vacuna. Este resurgimiento llegó a Galicia en el 2012, y lo hizo de forma llamativa. También aquí se incorporaron nuevas técnicas por lo que se confirmaron más casos, pero lo cierto es que la curva de la incidencia de la tosferina seguía un ritmo claramente ascendente. En el 2012 hubo 93 casos; 77 en el 2013; 87 en el 2014; y casi el doble en el 2015, 162. En el 2016 y el 2017 bajaron a menos de 130 en cada uno de los ejercicios, pero no fue hasta el 2018 cuando la enfermedad se desploma en la comunidad, con 44 casos notificados, una situación que se mantiene en las primeras semanas del 2019. Esto supone la cifra más baja desde el 2011. Y aunque el descenso se produjo en todas las franjas de edad, la proporción aumentó en los menores de un año.

Los más afectados por esta enfermedad son los pequeños de menos de un año, y en concreto los que no llegan a cuatro meses, que son los que por edad no recibieron ninguna vacuna, o solo una dosis. De ahí que en diciembre del 2015 se introdujese en Galicia la vacuna para las embarazadas, entre las semanas 28 y 36 de gestación, con el fin de proteger al bebé durante sus primeros días de vida y antes de que reciban la primera dosis de la vacuna. En el 2016 la cobertura llegó al 82 % de las mujeres embarazadas, y en el 2017 rozó el 79 %.

El resultado es que los casos en menores de un año bajaron de 74 en el año 2015 a 7 en el 2018, y la tendencia se mantiene en estos primeros meses del 2019. Saúde Pública hace un análisis de esta amplia reducción «en todos os grupos de idade». Por un lado, asegura que probablemente la enfermedad esté en la fase descendiente de una onda epidémica, pero también achaca esta caída a la vacunación de embarazadas y al rescate de los niños de seis años que durante un tiempo no pudieron ponerse la protección de refuerzo al haber problemas de suministro.

La tosferina es una enfermedad que en los últimos años tuvo mucha mayor incidencia en los menores de un año, y dentro de este colectivo en los bebés que no llegan a cuatro meses. En el 2018, el tramo de mayor incidencia fue el de los niños de entre 2 y 3 meses, 49 casos por cien mil habitantes; mientras que a partir de los 50 años, por ejemplo, la incidencia cae a 0,6 casos.

Tos feroz

La tosferina es una infección aguda de las vías respiratorias causada por una bacteria, Bordetella pertussis, patógeno exclusivamente humano que se transmite por un contacto estrecho con la persona infectada. Los casos deben tratarse con antibiótico. El nombre, tos ferina, se debe a que esta enfermedad provoca una tos muy fuerte, feroz, que en casos graves puede provocar vómitos por el esfuerzo.

 En los bebés es más peligrosa y debido a estos ataques de tos, los pequeños pueden tener dificultades para comer, beber e incluso para respirar.