El vórtice polar se ha roto: dos posibles escenarios para el invierno

Xavier Fonseca Blanco
xavier fonseca REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Jesús Diges

Los modelos que estudian este fenómeno contemplan desde la irrupción de aire muy frío hasta la llegada de potentes borrascas.

11 ene 2019 . Actualizado a las 17:17 h.

Desde hace días los meteorólogos no le quitan ojo a lo que está pasando en la alta atmósfera polar. Durante las últimas semanas se ha completado el calentamiento de la estratosfera en el extremo norte de la Tierra. Ese aumento súbito de la temperatura en una capa donde el termómetro puede alcanzar los ochenta grados bajo cero, finalmente sí ha tenido su huella en la troposfera, la capa que está en contacto con la superficie y donde tienen lugar los fenómenos meteorológicos. El vórtice polar, un cinturón de vientos que concentra aire muy gélido, se ha roto. Esto abre la posibilidad a que todo ese aire frío descienda hasta las latitudes medias. Cada vez que se produce el fenómeno, la comunidad científica trabaja con dos escenarios. En uno de ellos, las piezas encajarían de tal forma que llegarían masas de aire frío polar desde el continente. Puede que solo sea casualidad pero ahora mismo es justo lo que ocurre. Una irrupción de aire seco procedente del Ártico, que desciende por un corredor creado por las altas y las bajas presiones, ha colapsado muchos países de Europa y ha obligado a la Aemet ha declarar oficialmente la ola de frío. Su presencia en Galicia se nota sobre todo en la bajada de las temperaturas máximas y en el aumento de la intensidad del viento del norte.

El otro escenario apunta a una mayor actividad ciclónica. El aire frío de origen polar sobre las latitudes medias ejercería de alimento para la formación de potentes borrascas que podrían afectar primero a los Estados Unidos y, tras cruzar el Atlántico, acabar impactando en el oeste de Europa. En este sentido, los modelos que estudian las consecuencias de la rotura del vórtice polar proponen que las borrascas circularían más bajas de lo habitual. Por tanto, los efectos en Galicia estarían garantizados. La Oscilación Ártica (AO) y la Oscilación del Atlántico Norte (NAO) son las primeras que perciben los cambios, pasando de una fase positiva, en la que predomina el anticiclón, a una negativa, en la que mandan las borrascas. De momento ambas oscilaciones se mantienen en un estado neutro, aunque la AO podría entrar en una fase negativa en los próximos días. El año pasado se produjo la rotura del vórtice polar. La previsión fue la misma y se cumplió. Primero llegaron las masas de aire frío desde el continente. Una de ellas recibió el nombre de la «bestia del este». A continuación empezaron a visitarnos las borrascas. Alguna incluso generó nieve en cotas bajas.

En la previsión a largo plazo no se aprecia un cambio importante de las condiciones en Galicia pero sí un nuevo comportamiento del anticiclón de las Azores. Hasta ahora ha estado prácticamente quieto. Pero el avance de los días se observa cómo se desplaza hacia el sur al mismo tiempo que va perdiendo presión de forma progresiva. Este dinamismo puede interpretarse como algo eventual o como un síntoma de que la atmósfera está entrando en una nueva etapa.