Los centros de salud gallegos prescriben cada día 86.600 dosis de antibióticos

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

ROI FERNÁNDEZ

España es el segundo país europeo que más consumo hace de estos fármacos

17 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Un total de 32 dosis diarias por cada mil habitantes. Y esto solo en atención primaria. Galicia, y en general toda España, es uno de los países que más abusan del uso de los antibióticos, hasta el punto de que diariamente en la comunidad gallega se prescriben más de 86.600 dosis en los centros de salud. Según los datos del Sergas, que extrae del Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades, los españoles son el segundo país en donde más se consumen estos medicamentos tras Chipre, pero este país incluye el uso hospitalario. Lo cierto es que Grecia encabeza las estadísticas, aunque en el 2017 no envió datos nuevos. Holanda, en donde se registra el menor número de prescripciones, se quedan en diez dosis diarias por cada mil habitantes.

Además de estos datos, la Dirección Xeral de Saúde Pública, coincidiendo con la Jornada del Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, recuerda el informe publicado hace unos meses que refleja que no solo se recetan demasiados antibióticos sino que se seleccionan mal. Se abusa de los de amplio espectro frente a los de espectro reducido, lo que supone un problema desde el punto de vista del control de las resistencias bacterianas a estos medicamentos.

Casi la mitad son mejorables

Pedro Rascado, intensivista del Complejo Hospitalario de Santiago, asegura que a nivel hospitalario hay estudios que concluyen que la prescripción de casi la mitad de los antibióticos es mejorable. «No es que sea inadecuada -matiza-, pero es mejorable por distintos motivos». Prescribir mucho y no hacerlo de forma correcta tiene consecuencias individuales, pero sobre todo a nivel de salud pública, «ya que ante determinadas infecciones cada vez podemos utilizar menos antibióticos, y estas limitaciones se dan además en los pacientes que más necesitan el adecuado, personas inmunodeprimidas; que van a una cirugía; o que precisan un trasplante», explica.

En estos momentos los facultativos todavía no se han encontrado con una bacteria para la que no haya ningún antibiótico válido, «pero no es lo mismo tener un arsenal de diez que de dos, ni utilizar uno con efectos secundarios que otro con efectos mínimos. No hemos llegado a la situación de no tener un antibiótico para ponerle al paciente, pero precisamente no queremos llegar ahí», insiste.

Médicos que asesoran

Todos los médicos, aunque no sean expertos en enfermedades infecciosas, se encuentran con estas patologías en la consulta, y de ahí que a veces la prescripción no sea la más correcta. Por eso los hospitales, como ocurre en el CHUS, han creado los programas PROA, formados por intensivistas, microbiólogos, farmacéuticos e internistas, que asesoran a los prescriptores. Y es que en Galicia urge reducir en concreto el uso de amoxicilina-clavulánico, fluoroquinolonas y cefalosporinas de tercera generación, y aumentar el uso de penicilinas sensibles a betalactamasas.