Viveiro prepara un parque de aventuras

Lucía Rey
lucía rey VIVEIRO / LA VOZ

SOCIEDAD

XAIME RAMALLAL

La reserva de flora y fauna del monte San Roque estrenará en primavera juegos en altura y circuitos entre los árboles promovidos por la Comunidad de Montes

04 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El monte San Roque de Viveiro es conocido especialmente por sus espectaculares vistas sobre la ría, el mar Cantábrico y el valle del Landro, o por la romería que en el amanecer de cada 16 de agosto reúne en su cumbre a cientos de familias y pandillas. Sin embargo, a partir de la próxima primavera el espectacular paraje sumará un nuevo atractivo, ya que estrenará un parque de aventuras que permitirá a gente de todas las edades disfrutar de la naturaleza a varios metros sobre el nivel del suelo, con juegos en altura, circuitos suspendidos entre los árboles y tirolinas «de riesgo cero».  

Se trata de una iniciativa pionera en Galicia -en Marín existe un Ecoparque de características parecidas-, pero que cuenta con gran aceptación en otras comunidades del norte del país, como La Rioja, el País Vasco, Cantabria o Asturias, donde iniciativas de este tipo funcionan muy bien desde hace tiempo. «Es un proyecto estrella que teníamos en mente desde hace varios años, pero la Comunidad de Montes de San Roque no podía afrontarlo sola y no dispusimos de dinero para hacerlo hasta ahora», apunta el presidente de los comuneros, Carlos Méndez. El Instituto Galego de Promoción Económica (Igape) acaba de conceder una subvención de 65.000 euros para impulsarlo.  

En el antiguo «semilleiro»

El parque de aventuras, que ocupará una superficie de dos hectáreas (20.000 metros cuadrados), estará situado en el antiguo semilleiro, un espacio de gran valor ecológico que fue creado por el extinto Icona (Instituto para la Conservación de la Naturaleza) a mediados del siglo XX y que durante décadas surtió a montes de titularidad pública, empresas y particulares de la zona de semillas de plantas forestales de pino y eucalipto.

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A mediados de los noventa, el recinto, que está dividido en ocho bancales, fue transformado en una reserva de animales en cautividad donde hoy conviven quince gamos, doce ovejas del Camerún, cuatro burros, tres ponis, un ñandú y dos mastines.

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Muchas familias con niños se acercan a menudo al semilleiro para ver los animales y disfrutar de un rato al aire libre. Toda la fauna vive y corretea en este hábitat, a la sombra de castiñeiros, carballos y pinos junto al regato que atraviesa el futuro parque, y así lo seguirá haciendo cuando esté en marcha, como destacan sus promotores. «Hace tiempo que construimos un pasadizo [sobre el río y bajo la carretera que sube al monte] para que los animales puedan pasar cuando quieran hacia la parte de arriba de la reserva, donde están más tranquilos», señalan, antes de destacar que los juegos y circuitos, que tendrán varias dificultades y acabarán en una tirolina de unos 100 metros de longitud, tampoco serán agresivos con la fauna. «Son entretenimientos sin impacto medioambiental porque van atados, no clavados en los árboles. Y además hay que pasar revisiones fitosanitarias», indicaron, antes de avanzar que prevén que el parque funcionará «a partir de marzo o de abril».

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«Somos unos amantes de la naturaleza y de la montaña, y unos flipados de San Roque, el Penedo y Monte Mayor, que ofrecen unas posibilidades tremendas», destacaron en la presentación Pedro Esmorís y Felipe Martínez, comuneros y dueños de Roqsport, la empresa local que se ocupará de la parte técnica del proyecto impulsado por la Comunidad de Montes de San Roque, que cederá los terrenos y el cierre de la parcela. Habrá tarifas para niños y adultos, además de una zona de esparcimiento, entre otros.  

Poner en valor la montaña

Conocido como «o río do Semilleiro», el regato que atraviesa el futuro parque de aventuras en los árboles es afluente del Rego da Trasposta, que desciende desde el Penedo do Galo, el monte que hay detrás de San Roque, a 541 metros de altitud. En los últimos años se ha hecho aún más conocido por la Camovi (Carrera por Montaña Montes de Viveiro), que en su última edición congregó a unos 700 participantes ente atletas y aficionados. «Hace 15 años no estaba tan de moda andar por la montaña como ahora, que casi todos los días ves a gente andando, corriendo, en bici... Y aún se puede promocionar más», concluyeron.