Ramón Juanatey: «El corazón se mueve con la vida»

SOCIEDAD

Pinto&Chinto

El presidente de la Sociedad Española de Cardiología está obsesionado con la transparencia, y adora Portugal y Latinoamérica

06 may 2019 . Actualizado a las 18:59 h.

El doctor Ramón Juanatey (Noia, 1956) es un tipo serio (aunque también cálido) que lo primero que sugiere es fiabilidad. Defensor de lo público, en el ámbito de la conversación alcanza pronto la velocidad de crucero y defiende sus verdades con intensidad y sin miedo a la reiteración. Hablamos en su despacho del Clínico de Santiago, donde la conversación se alarga más de lo que soporta esta página. Así que, como no me cabe, tengan en cuenta la obsesión de este hombre por la transparencia, su amor a Portugal y Latinoamérica y su aversión a la endogamia. Ahora sí, empezamos.

-Leí por ahí que le tenía miedo al mar.

-No, no. A lo que tenía miedo era a trabajar en el mar. Yo vivo en Portosín, que es como vivir en otro país en relación a vivir en Santiago. Estoy muy conectado al mundo del mar, pero veía como una amenaza tener que trabajar en él.

-También que fue campeón gallego de tenis.

-Sí. El tenis ha sido muy importante para mí. Me permitió viajar y me proporcionó muchos contactos. Incluso becas.

-¿Sigue jugando?

-Poco. Ahora soy un friki de correr. Llevo siempre en el coche unas zapatillas y una camiseta y corro en todos los sitios. Es muy bonito conocer los sitios corriendo.

-¿Es de los que corre mirándose las marcas en el reloj?

-Soy muy competitivo. En el tenis era un martirio, pero ahora intento no serlo tanto. Además, tengo una edad en la que ya me puede pasar algo, ja, ja.

-¿Cómo era de chaval?

-Era espabilado, buscándome siempre un poco la vida.

-¿Le echaron de clase?

-No. Viví bien aquella etapa. Tengo buen recuerdo y nunca me maltrataron.

-Estudiante de medicina, campeón de tenis... le saldrían novias a cascoporro.

-Bueno, digamos que nunca me faltaron. De todos modos, soy algo tímido. Debo reconocer que me siento un privilegiado. Reconozco el esfuerzo de mis padres que buscaron una vida mejor para sus hijos y, aunque he trabajado, siempre me ha ido bien.

-¿A quién le echaría un partido, a Garbiñe, a la Kournikova o a Venus Williams?

-A la Kournikova.

-Porque ya no juega.

-Pero seguro que entrena. Me llama la atención la estabilidad que ha encontrado. Seguro que tiene alguna cualidad más que la belleza.

-Tiene un oficio satisfactorio.

-Sí. Mire, la medicina pública es el mayor logro social de este país y, para mí, lo más reconfortante es ofrecer la excelencia a desconocidos.

-Es usted cardiólogo y ¡comendador del cocido!

-Es que el cocido es muy cardiosaludable. Lleva los mejores hidratos, que son las patatas, el mejor vegetal, que son los grelos y la mejor grasa. Eso sí, hay que combinarlo con ejercicio, que es la mejor polipíldora que hay. Y no fumar, claro.

-Es como lo del vaso vino. ¿De verdad es cardiosaludable?

-Hasta 40 gramos de alcohol en los hombres y 30 en las mujeres. Protege de un infarto hasta un 10 %.

-¿Y qué es peor para el corazón, la sal o el azúcar?

-El azúcar. Y hay que legislar contra eso porque supone un problema real de salud pública. Es fundamental educar a los chavales entre los 3 y los 8 años, porque ellos son el mayor motor de cambio en el entorno familiar.

-¿Por qué cree que se relaciona el corazón con el amor?

-Porque es el único órgano que se mueve constantemente y es muy sensible a las cosas que nos suceden. El corazón se mueve con la vida.

-Y usted, ¿sigue más al corazón o a la cabeza?

-Durante muchos años hice más caso al corazón. Ahora cada vez le hago más caso a la cabeza. Yo siempre digo que hay que dar las batallas que son justas, no solo las que crees que vas a ganar. Hay cosas de mínimos, pocas, pero por las que no voy a pasar. Me importa mucho el valor del esfuerzo, de la competencia, de la dedicación. Tolero mal a los vagos y desorganizados.

-Defínase en pocas palabras.

-Soy algo obsesivo con los valores que me marco. Me gusta mi trabajo e intento que me aprecien en lo personal. Y creo que hago lo posible por ser un buen hijo.

-¿Cocina?

-No. Mi madre sí cocina muy bien. Este agosto me he comprometido a hacer un curso completo con ella.

-¿Celta o Dépor?

-Celta, aunque el fútbol no me interesa demasiado.

-Si fuera presidente, ¿cuál sería su primera medida?

-Alguna que salvaguardara la honradez de los que trabajamos en lo público. Este país necesita eso, un liderazgo en la honradez.

-Una canción.

-Luz de luna. Es una canción mexicana, de la que Manolo García tiene una gran versión.

-Lo más importante en la vida.

-Tú mismo, porque eres el tipo con el que más tiempo vas a vivir y con el que deberías tener los menos conflictos posibles.