Uno de cada cinco menores gallegos hacen un «uso problemático» de la Red

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

La protección en Internet es uno de los aspectos de la seguridad informática que más afecta a los menores
La protección en Internet es uno de los aspectos de la seguridad informática que más afecta a los menores VÍTOR MEJUTO

El Gobierno incluye el abuso de las nuevas tecnologías en la estrategia de adicciones

10 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El problema está ahí. Es cada vez más latente. Algunos estudios realizados en Galicia entre más de 60.000 jóvenes hablan de que en la comunidad entre un 15 % y un 20 % de menores hacen un «uso problemático» de las nuevas tecnologías. ¿Cómo? Pasan mucho tiempo enganchados a un juego en línea o están todo el tiempo pendientes de los mensajes que les llegan por WhatsApp. Pero aunque el fenómeno comienza a percibirse en las consultas de los facultativos de Atención Primaria e incluso en las consultas de Psiquiatría, la Organización Mundial de la Salud (OMS) todavía no ha dado el paso para reconocer de modo oficial en su DSM-5 el abuso de Internet como una adición. Quien lo dio ayer, aunque no haya un calificativo oficial como tal, fue el Gobierno central. La ministra Dolors Montserrat anunció tras el Consejo de Ministros, la aprobación de la primera Estrategia Nacional de Adicciones 2017-2024. Entre otras cosas, recoge el enganche al juego y a las nuevas tecnologías, lo que se conoce como adicciones sin sustancia.

La titular de Sanidad recordó, en este sentido, que en el conjunto de España, un 18 % de los adolescentes de entre 14 y 18 años abusan de las herramientas tecnológicas, pero, además, un 44,8 % de las personas con problemas de juego se iniciaron antes de los 18. Como apuntan diferentes estudios el juego en Internet engancha tres veces más que en una sala de juegos.

Como estrategia, como recoge un comunicado emitido tras la rueda de prensa del Consejo de Ministros, el Gobierno no pretende con este plan prohibir o frenar el uso de las herramientas tecnológicas en esa población con problemas. La idea es que aprendan a usar las nuevas tecnologías de modo que no resulten dañinas. Solo han de echar mano de ellas de un modo correcto, sacándoles un partido adecuado.

El presupuesto

Pero no cabe duda de que el Gobierno quiere tomarse la estrategia en serio. Prueba de ello es el presupuesto. Más de mil millones de euros durante los años de duración del plan. Es verdad que un 24 % del dinero procede del Fondo de Bienes Decomisados por tráfico de drogas u otros delitos relacionados. A esa hucha irá también lo que saquen de la subasta de un inmueble de Gelida (Barcelona), tasado en más de veinte millones de euros.

Más allá de las nuevas tecnologías o el juego, el plan incluye una fuerte cruzada contra el consumo de alcohol. No solo en jóvenes, que ya se sabe que un 80 % de menores de edad han probado alguna vez bebidas con graduación.

Jubilados y mujeres

La población mayor de 64 años está también en el punto de mira de esta estrategia. Por primera vez pondrá el ojo en esa parte de la población que se convirtió en adicta en los años 80 y 90 y que ahora, a una edad tardía, ha de convivir con el problema.

No solo eso. Las mujeres, las mayores consumidoras en España de sedantes, tendrán cabida en este proyecto enfocado a mejorar la salud pública.

Los últimos datos publicados por el Plan Nacional sobre Drogas muestran que de las 3.732.000 personas que consumieron hipnosedantes en el 2015, el 65 % eran mujeres. Un 3 % de ellas tuvieron un consumo problemático. De ahí que se haya incluido como algo prioritario en el proyecto aprobado ayer.

Una noticia magnífica

La noticia de incluir la adicción a las nuevas tecnologías -aunque clínicamente no estén reconocidas- en un plan resulta magnífica. Da cuenta de una realidad que se vive día a día en las consultas de los servicios públicos de salud, donde cada vez se atienden más casos de dependencia. Más allá de los estudios realizados en Galicia que hablan de que entre un 15 % y un 20 % de los menores realizan un uso problemático de las nuevas tecnologías, hay también trabajos de carácter internacional que hablan de entre un 2 % y 5 % de adictos.

El paso dado ayer por el Ejecutivo responde, pues, a una demanda social porque, aunque no esté reconocida como tal. Para muchos expertos es una nueva enfermedad agravada por realidades como que las nuevas tecnologías son plataformas que, mal utilizadas, favorecen que cada vez más personas den el salto al juego a edades más tempranas. No solo eso. Estar sentado horas usando estas plataformas digitales provoca sedentarismo, aislamiento social... Incluirlo en una estrategia de prevención es un buen camino para mejorar el bienestar de la ciudadanía.

Estudian incluir la adicción a los videojuegos el año que viene

Aunque oficialmente, a nivel clínico, no está reconocida como una adicción, lo problemas derivados del abuso de Internet abarcan muchos campos. La adición a los videojuegos o juegos en línea es una de ellas. El catedrático de Psicología Clínica, Elisardo Becoña, adelantó que, probablemente, esa adicción a los videojuegos sea reconocida el año que viene, tal y como estaba estudiándose. Pero más allá de eso, no puede hablarse de que haya nadie adicto a la Red. Puede haber una persona que esté enganchada al sexo y que use esa plataforma. O alguien que lo esté a otra cosa, pero no a la herramienta como tal. El debate sobre el asunto está abierto. Habrá que hacer muchos más estudios clínicos para avanzar en el estudio de un problema que parece estar cada vez más presente, como constata la preocupación social que hay.