El Sergas estudia si le compensa comprar un robot para operar

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

SOCIEDAD

CESAR QUIAN

El Da Vinci cuesta dos millones de euros y el conselleiro advierte que si solo se usa para la próstata «se quedaría corto»

26 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Servizo Galego de Saúde (Sergas) está estudiando comprar un robot quirúrgico para operar en alguno de los hospitales de su red. El Da Vinci, el robot que actualmente está en el mercado, es un sistema que permite hacer intervenciones de cirugía mayor sin que el médico toque, siquiera, el cuerpo del paciente. El robot tiene varios brazos y el cirujano interviene a través de una especie de videoconsola con la que controla el aparato.

«Estamos analizando si se pueden operar más patologías porque solo con el cáncer de próstata se quedaría corto para Galicia», dice el conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuíña. Los tumores de próstata han sido hasta ahora el gran campo del robot quirúrgico. El conselleiro asegura que, al tratarse de dinero público, hay que ajustarse mucho a los usos, de manera que no se adquiera el robot sin que se sepa, antes de hacerlo, para qué se quiere y para qué se puede utilizar.

Lo cierto es que los urólogos gallegos llevan muchos años solicitando al Sergas que compre un Da Vinci. Argumentan que las probabilidades de que el paciente sufra incontinencia urinaria o disfunción eréctil se desploman si es operado con el robot, frente a la tradicional cirugía abierta. Pero desde que el primer robot quirúrgico se implantó en España en el año 2005 (en la Fundación Puigvert, en Barcelona), la laparoscopia ha ido creciendo. Se trata de una técnica que permite operar a través de una pequeña incisión por la que se introducen el instrumental y una cámara. El robot Da Vinci hace una cirugía laparoscópica avanzada y, además, utiliza dos cámaras, conque permite al cirujano la visión en tres dimensiones. Por eso los urólogos dicen que es mejor incluso que la laparoscopia.

Las aplicaciones actuales del robot quirúrgico ya no se restringen a la urología. Se está empleando también en cirugía digestiva (de colon, de recto, de esófago, de páncreas...), en torácica (pulmón, mediastino...), en cardíaca, en ginecológica y en otorrinolaringológica.

Eficacia

Todavía no existen estudios potentes que comparen la eficacia de la cirugía tradicional frente a la robótica a largo plazo. The Lancet publicó un artículo el año pasado comparando resultados doce semanas después de operaciones de próstata con robot y sin robot, y no encontró grandes diferencias. «Hacen falta seguimientos a largo plazo», concluía. «Mientras tanto, recomendamos a los pacientes que elijan un cirujano experimentado en el que confíen y con el que se entiendan, antes que una técnica quirúrgica específica».

Por eso, el Sergas siempre ha sido remiso a comprar el robot. Algo que quizás cambie ahora. Además de encontrar más aplicaciones que la próstata, el Sergas confía en que en poco tiempo el mercado se abra y haya más empresas que fabriquen un robot. Sería una manera de hacer frente a una de los principales inconvenientes del sistema: el precio.

Porque el robot cuesta en torno a dos millones de euros. Y no se queda ahí. El mantenimiento y, sobre todo, los repuestos, obligan a hacer una fuerte inversión. El hospital cántabro Marqués de Valdecilla, por ejemplo, acaba de gastarse 1,5 millones de euros solo en el instrumental para el robot para dos años. Actualmente, según datos de la empresa que comercializa el robot, Abex, en España hay 33 robots instalados.

En Galicia, los hospitales privados coruñeses Modelo (grupo HM) y San Rafael tienen sendos aparatos. Pero en la sanidad pública gallega no hay ninguno. Todavía.