Donde dije Escocia digo Galicia

Rita Álvarez Tudela LONDRES / E. ESPECIAL

SOCIEDAD

Ed

La posibilidad de otro referendo hace revivir la iniciativa humorística que plantea que los gallegos sustituyan a los escoceses en el Reino Unido; el verde, la gaita, el Celtic y el Celta...

15 mar 2017 . Actualizado a las 10:28 h.

Los gaiteros, el Celtic y el Celta, paisajes verdes, lluvia, un humor peculiar... Las similitudes entre Escocia y Galicia hacen que con el anuncio de que Nicola Sturgeon peleará por la celebración de un nuevo referendo independentista en plena negociación del brexit reviva la iniciativa humorística lanzada en Internet para que los gallegos sustituyan a los escoceses en el Reino Unido (al menos, en su corazoncito británico).  

«Nosotros, gallegos, somos conscientes del hecho de que Escocia puede llegar a ser independiente [...]. No debes pensar en una solución a este desafío, porque hemos encontrado una solución innovadora. Una propuesta que usted no podrá rechazar», escribía hace tres años el vigués Antonio Formoso Cores en una petición en la plataforma Change.org, dirigida nada más y nada que al primer ministro de entonces, David Cameron. En aquella ocasión la propuesta al premier para que aceptase a Galicia como parte integrante del Reino Unido le faltó poco para llegar a las 2.500 firmas. Pero ahora, ante la posibilidad de que haya una nueva consulta independentista, aumentan las opciones de que haya una nueva propuesta rompedora dirigida a la primera ministra conservadora, Theresa May.

Paradójicamente, en este caso es más lo que une que lo que separa. «El acento gallego en inglés es más fácil de entender que el acento escocés», reconocen en el planteamiento inicial. Pero recuerdan que Galicia es, al igual que Escocia, una nación celta y aseguran a ingleses y galeses que, con los gallegos a bordo, no iba a faltarles de nada. Para los seguidores del Celtic de Glasgow siempre quedará el Celta de Vigo. Los amantes de los paisajes increíbles aliñados con lluvia y niebla también tendrán su dosis. Los colores que comparten las dos banderas ablandan también el camino. Si se hace la vista gorda con el azul puede que con un nuevo corte sea suficiente. Santiago de Compostela bien reemplazaría a Edimburgo. Pero es que además, a cambio, con gallegos como parte del Reino Unido, se obtendría a personas trabajadoras, que «si las dejas en paz, nunca te molestarán».

También hay buenos sustitutos autóctonos para el haggis, esa especie de morcilla escocesa, y el whisky se encuentran en el cocido (incluso el botelo, para ser más exactos) y el licor café. Sumando a eso el hecho de hablar dos lenguas. El español, para hablar con los mexicanos, según enfatizan en el tabloide Mirror. El diario amarillista, que recogió la iniciativa, confunde el gallego con el portugués pero, en todo caso, asegura que permitiría a muchos comunicarse también con Brasil. En fin, un mundo de posibilidades y para la exploración al otro lado del Atlántico.

La propuesta no parece dejarse nada en el tintero, incluso detalla que la economía británica mejorará gracias la industria pesquera gallega y que la textil también hará lo propio gracias a Zara y el resto de tiendas del grupo Inditex. El turismo cultural tendrá un referente en el Camino de Santiago. Por no hablar del tirón de la mejor playa del mundo, el arenal de Rodas, en las islas Cíes, reconocida como el número uno por los propios medios británicos.

Escocia es famosa por sus mariscos, pero con Galicia estos no faltarán en la mesa. Todo amenizado con la retranca, que no tiene nada que envidiar al humor negro de los otros chicos del Norte. Cameron se resistió a semejante tentación. Pero, si quiere, May puede tener un plan B.