Dos de cada tres concellos gallegos sufren una elevada exposición al radón

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Presencia de radón
La Voz

Un mapa de la Universidade de Santiago refleja la alta presencia de un gas que es nocivo para la salud

20 mar 2019 . Actualizado a las 19:42 h.

Desde hace 25 años, profesores e investigadores de la Universidade de Santiago y del Instituto de Investigaciones Sanitarias están midiendo la cantidad de gas radón presente en Galicia. Y a raíz de esos estudios se advierte de las altas concentraciones que hay en la comunidad gallega y de los riesgos que eso supone para la salud, ya que se trata de un gas radiactivo que abunda en suelos graníticos. Sin embargo, de momento no se tomaron medidas ni a nivel sanitario -para prevenir sobre su incidencia en el cáncer de pulmón- ni a nivel constructivo -con diseños y elementos técnicos que eliminen o minoren su presencia dentro de las casas-. Siendo conscientes de que la divulgación es fundamental en ese objetivo, el Área de Medicina Preventiva e Saúde Pública de la USC, departamento al que pertenece el Laboratorio de Radón de Galicia, acaba de publicar un mapa que marca la incidencia del radón en la comunidad española con mayor presencia de ese gas radiactivo.

El plano cartográfico, que puede consultarse en la página web de la USC (www.usc.es/radongal) indica que dos de cada tres concellos gallegos están expuestos a niveles muy altos de gas radón. La mayor concentración está en la provincia de Ourense (33 %), seguida de Pontevedra (28 %), A Coruña (19 %) y Lugo (15 %). Aunque la directiva europea fija el nivel máximo en 300 becquerelios por metro cúbico -un becquerelio corresponde a la desintegración de un núcleo atómico por segundo- los investigadores de Santiago trabajan con una medición de hasta 200 bq/m3 y, siguiendo ese límite, resulta que de las 53 comarcas gallegas, 30 presentan un riesgo alto de concentración. Son la mayoría de las de la provincia de Pontevedra y Ourense, mientras que A Terra Chá, Fonsagrada, Deza, Ordes y Terra de Soneira presentan un riesgo medio; y Fisterra, Ulloa, Terra de Melide, Eume, Mariña Central y Meira, un riesgo bajo. Las viviendas que superan los 200 bq/m3 pasan del 10 % en 203 concellos gallegos, mientras que en otros 13 ayuntamientos están entre el 5 % y el 10 %, y solo en los 99 restantes, la presencia detectada es menor al 5 %.

Para llegar a estas conclusiones se hicieron 3.400 mediciones. Con ese trabajo se elaboró un mapa que pretende ser «un instrumento de servizo público», tal y como explicaron ayer los profesores Alberto Ruano Raviña y Juan Miguel Barros Dios; este último, director del laboratorio y responsable del proyecto.

¿Qué es el radón? 

El radón es un gas radiactivo emitido por la desintegración de elementos químicos del uranio presentes en la tierra y en las rocas. Es invisible, inodoro e insípido, y se filtra a través de las grietas del suelo para difundirse por el aire.

Es el segundo factor de riesgo para un cáncer de pulmón

La culpa no es del granito. El radón está presente en el uranio del suelo o de la piedra y solo sale al exterior si hay grietas. Su difusión en el aire sí puede ser peligroso en concentraciones elevadas, sobre todo allí donde se pasan más horas; en la vivienda, en el centro de trabajo o en la escuela. 

¿Cómo puede provocar cáncer de pulmón?

En su descomposición en el aire, el radón despide pequeñas partículas radiactivas que al ser inhaladas se depositan en las células que recubren las vías respiratorias. Está comprobado que es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco, y puede ser la primera en personas que no fuman. En Ourense, por ejemplo, hay una incidencia de cáncer de pulmón en mujeres no fumadoras por encima de la media que podría estar relacionada con la exposición al radón. 

¿Se han comprobado otros efectos perniciosos para la salud?

Se están estudiando posibles mutaciones genéticas, ya que puede dañar el ADN

¿Se están tomando medidas para evitarlo?

No, y eso que la OMS lo catalogó como elemento cancerígeno. En el año 2018 entrará en vigor una normativa europea que pone el límite permitido en los 300 bq/m3, y en la legislación laboral sí se introducen las mediciones de radón, pero solo se realizan cuando un trabajador o un sindicato lo denuncia.

¿Cómo se mide en una vivienda?

Hay que solicitarlo al laboratorio. El precio de la inspección suele salir por algo menos de 100 euros, y se pueden obtener resultados con mediciones a lo largo de tres meses en la vivienda. 

¿Cómo se elimina?

Con obras sencillas, colocando en la casa un conducto o una arqueta que dirija el gas al exterior; y si hace falta, con extractores que lo empujen hacia fuera de la vivienda.