La Confederación Galega de Personas con Discapacidade cuenta con un proyecto que pretende derribar tabúes que cuenta con el apoyo de la Obra Social de La Caixa
10 dic 2015 . Actualizado a las 17:01 h.«Históricamente se cree que las personas con discapacidad no tienen deseo sexual, por eso no se les forma en este área», explica Hadriana Ordóñez, psicóloga y sexóloga de la Confederación Galega de Persoas con Discapacidade (Cogami). La tendencia a pensar que estas personas carecen de deseo sexual culmina, en muchos casos, en situaciones indignas para cualquier ser humano. Por eso, Obra Social «la Caixa» ha querido apoyar el proyecto Aprendiendo a conocernos, que pretende normalizar el ámbito de los afectos y la sexualidad, permitiendo a los usuarios de Cogami reconocer su identidad sexual, determinar cuándo se produce una situación de abuso en este contexto, o aprender a descubrir el propio cuerpo.
Este programa, que comenzó en el 2014, se ha impartido hasta septiembre en los centros que Cogami tiene en Fingoi (Lugo), Mos y Silleda (Pontevedra). Los talleres, impartidos por Hadriana Ordóñez se dividen en tres grupos: los propios usuarios de Cogami, los familiares, y el personal laboral. Todo para reconducir la tan estigmatizada idea del sexo en personas con discapacidad. Una sombra en la sociedad que deja datos tan contundentes como que el 80 % de la violencia que sufren estos ciudadanos es de índole sexual.
Poca privacidad
«Piensa que nosotros nos encontramos con mujeres de 40 o 50 años a las que se ha esterilizado de manera forzosa», por eso es casi tan importante la información para los usuarios como para las familias, asegura Ordóñez, y continúa: «Los que comparten casa con estas personas tienen muchos miedos y fantasmas relacionados con la sexualidad de sus familiares; es importante que adquieran una visión sana». Muchas veces estas personas cuentan con una privacidad que, en ocasiones, se reduce a cero. A veces duermen acompañados o les ayudan a ducharse, «así que les enseñamos que el autoconocimiento del cuerpo es positivo: todo el mundo tiene derecho a disfrutar del sexo, es una necesidad más y nadie se debe ver privado de ella», apunta la psicóloga. «En concreto, hemos comprobado que una amplia mayoría de mujeres consideran que el sexo no es una necesidad, incluso en muchos casos lo consideran algo negativo, lo relacionan más con la violencia que con el disfrute», agrega.
Hasta el momento han sido 40 los participantes de estos talleres. Unos usuarios que empezaron el proyecto cargados de prejuicios y con un desconocimiento abusivo en la materia -Ordóñez lo ejemplifica comentando que varios de los usuarios no eran conscientes ni de cómo una mujer se queda embarazada, con las consecuencias que eso puede acarrear-, pero poco a poco se van soltando, y con la vista puesta en los comienzos, esta psicóloga reconoce que Aprendiendo a conocernos ha sido un éxito. «Se puede hablar de todo sin trabas, sin estigmas familiares o religiosos. A veces piensan que si se trata un tema ?fuera de tono? conlleva algún riesgo, porque están acostumbrados a escuchar a determinado partido político o a lo que dice el cura del pueblo, pero aquí aprenden a ser autónomos y a decidir por ellos mismos qué quieren y qué no».