Décimo Junio Bruto evita el olvido

SOCIEDAD

La recreación del paso del río Lethes en Xinzo se celebró a pesar del mal tiempo

24 ago 2015 . Actualizado a las 13:43 h.

Con el uniforme empapado, la espada victoriosa y las neuronas en su sitio. Así concluyó el general Décimo Junio Bruto su periplo por Xinzo tras superar con sus tropas el río del Olvido, el Limia, y demostrar a sus leales que era una mera falacia la leyenda que aseguraba que la desmemoria cae sobre todo aquel que cruce el rubicón fluvial limiano. El paso del poco caudaloso Lethes (Limia) es el momento cumbre de la Festa do Esquecemento, uno de los certámenes de recreación histórica más vistosos del verano. Tras desafiar al augur, que presagia la sinrazón a aquel que se meta en aguas del Lethes, Décimo Junio Bruto, estandarte alzado, se interna sin temor en el cauce y exhorta a su soldadesca desde la otra orilla: «¿Onde está o río do Esquecemento, onde os espíritos que borran a memoria?». Dicho y hecho. El tránsito fluvial de las tropas a media tarde da paso a una cruenta batalla del invasor romano contra las hordas castrexas.

El coraje y el ímpetu de los celtas poco puede hacer ante la superioridad táctica y armamentística imperial. El cuerpo inerte del caudillo limiano, Antíoco, simboliza la derrota de los pobladores antelanos. La tensión de la contienda se relaja y pronto la diversión prevalece pese a lo desapacible de la tarde lluviosa. Roma no paga traidores, pero sí cañas, y el buen ambiente inundó ayer el centro de Xinzo.

Convivencia muy armónica de romanos y castrexos

La fiesta del olvido ha dejado ya muchos recuerdos. Los tres lustros de historia del campamento de la Alameda do Toural de Xinzo -en el que comen, beben, bailan y duermen durante tres jornadas de verano medio millar de eventuales romanos y castrexos- dan bastante de sí. En la campa antelana instalada en el año XV de la fiesta abundó de nuevo la juventud, escaseó por momentos el raciocinio, pero siempre imperó la alegría. El incendio en una de las improvisadas chozas de pacas de paja en el campamento -ocurrido hace una década- fue seguramente la reseña más señalada de la historia de O Esquecemento. En esta edición, las goteras y humedades ocasionales del fin de semana empaparon la memoria más reciente de los acampados. Litros de alcohol, horas de conversación y amistad, arrumacos nocturnos o resacosas mañanas han jalonado la trayectoria de una recreación histórica que cuenta cada año con más visitantes y que a punto estuvo de echar la persiana hace no mucho por problemas financieros. La Deputación de Ourense asume las dos terceras partes de un presupuesto no tan modesto (18.000 euros) gestionado por la asociación cultural Civitas Limicorum. Después de haber dejado ver algunos síntomas de agotamiento, la fiesta de O Esquecemento se muestra hoy viva y en plena forma.

Década y media de una apuesta lúdica

Edición: Decimoquinta

Asistentes: Unas 3.000 personas

Ubicación: Parque do Toural (Xinzo)

Entidad promotora: Asociación Civitas Limicorum

Presupuesto: 18.000 euros, financiados por Xunta y Diputación

Campamento: 400 pobladores repartidos en una superficie de media hectárea

Legiones visitantes: Lugo y Astorga

Año de recreación: 137 antes de Cristo

Fechas: Del 21 al 23 de agosto

Reconocimientos: Fiesta de interés turístico local