Borja pedalea por sus derechos

Alfonso Andrade Lago
alfonso andrade REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Un chaval de Ponteareas con síndrome de Down reclama por carta a la Federación Galega de Ciclismo una categoría específica para jóvenes con discapacidad

12 dic 2014 . Actualizado a las 16:29 h.

Borja Gómez Méndez tiene 12 años, síndrome de Down, una bici de Mini BTT y un entusiasmo tan extraordinario que le ha permitido completar todas las carreras del circuito alevín de la Federación Galega de Ciclismo en las que ha competido. «Me gusta derrapar y hacer caballitos -confiesa-, pero el entrenador ya me ha dicho que nada de saltos». No es operativo en las pruebas.

El ejemplo de este chaval de Ponteareas causa honda impresión a todos en el circuito gallego. «Le echas mucho valor, Borja», lo animan niños y padres. Durante la última carrera en Guláns, uno de los chicos acabó la prueba y, de inmediato, dio otra vuelta corriendo junto a la bici de Borja. «Cuando este llegó también a la meta, el muchacho le regaló su refresco, y ese detalle, emocionante, abrió las carnes a los técnicos de la federación», asegura Calis Gómez, padre de Borja.

Juntos libran desde hace tiempo una batalla particular que tiene por objeto conseguir que la Federación Galega de Ciclismo cree una modalidad específica de mini BTT para jóvenes con discapacidad intelectual.

La competición convencional empieza a ser problemática para Borja, que ve que comienza a abrirse una brecha entre su rendimiento y el de los otros competidores. «Por ahora hemos conseguido que acabe todas las carreras, que es algo espectacular, pero hay una norma por la que tiene que dejar de correr cuando otro participante le dobla».

Esto sucedió recientemente en Tui. Lo rebasaron, así que fue descalificado. Una cinta le impedía seguir, «pero uno de los padres del público la rompió y le dejó entrar de nuevo a la pista», se enorgullece Calis, que asegura que todo depende «del juez que toque ese día. Unos transigen, otros no».

Los clubes y los padres les apoyan en esta cruzada. Una madre «se ofreció incluso a recoger firmas», mientras los equipos se muestran «interesados» en la creación de la nueva categoría, sobre todo al comprobar el entusiasmo del chaval. «En Guláns me dieron una copa», enfatiza Borja mientras manipula con agilidad el cambio de su bici, «de tres platos y ocho piñones».

La respuesta de la federación a su misiva no le satisface. Tampoco a su padre, con quien los directivos tuvieron además un par de charlas. A Borja le ofrecen la posibilidad de competir en una categoría inferior (en edad), pero en ese caso «él no figura en la clasificación final, y tiene derecho a ver su nombre. Aunque quede de último, tiene que figurar ahí porque la autoestima es clave». Otra sugerencia federativa ha sido «la competición paralímpica, ¿pero qué hacemos con el niño hasta los 18 años?», se pregunta Montse, su madre.

Fuentes de la federación manifestaron a La Voz de Galicia su disposición a crear esa modalidad específica, «pero siempre que haya niños -precisan-, porque el único del que tenemos constancia es Borja». Calis asegura que hay otros chavales con síndrome de Down que montan en bici y que podrían apuntarse si existiese la opción.

Mientras, el chico prepara su próximo reto: el ciclismo en ruta. La bici ya la tiene. «Me encanta, porque es nueva», presume con una sonrisa franca y pícara. Se entregará a ella en cuerpo y alma hasta donde se lo permita su agenda, realmente apretada. En la Fundación Igual Arte, de Vigo, incluso ha protagonizado una película. Pero nada es comparable con el deporte.

-¿Cine o ciclismo, Borja?

-La bici es lo que más me gusta.

Disfruta también de la música. El tambor es su instrumento... «Y el saxofón», bromea, haciendo gala de un divertido sentido del humor. Pero la bicicleta vuelve a tomar protagonismo: monta de un brinco, pedalea con fuerza y se despide. Con un derrape y un caballito, por supuesto.