El jet privado baja de la nube

Alfonso Andrade Lago
alfonso andrade REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

VÍTOR MEJUTO

El ajuste de tarifas capta nuevos clientes, como jóvenes que buscan marcha en Ibiza

29 dic 2013 . Actualizado a las 15:56 h.

La aviación ejecutiva echa sus cuentas. No es que le salgan precisamente precios low cost, pero empiezan a ser como para pensárselo. Por ejemplo: cinco directivos que necesiten ir a Toulouse (Francia) pagarían unos 5.900 euros desde Santiago en un vuelo sin escalas con regreso en el día. Ese mismo viaje en clase preferente de una línea regular valdría 6.600, a los que habría que añadir otros 1.150 de hotel y gastos de manutención. Es decir, más de 7.700 en total.

El ajuste de tarifas del sector trae de la mano sorprendentes líneas de negocio. El piloto Juan Manuel Gil explica que hay jóvenes que están cogiendo jets «en Valencia para irse de marcha a Ibiza». La cuenta es sencilla; ocho pasajeros pagan a escote los 2.800 euros que les cuesta en ese caso la aeronave: 300 por cabeza. Pero Roberto Amil, comandante coruñés de la compañía Airnor, añade varias ventajas: «Los clientes deciden el horario, embarcan al llegar al aeropuerto, no hacen colas para facturar...».

Según Eurocontrol, España es el sexto país de Europa en aviación ejecutiva por número de operaciones y el séptimo por aeronaves, con 130 reactores y 50 turbohélices. Compañías hay unas veinte y una de ellas es gallega.

El verinense Julio Dorado creó Airnor allá por el año 1986. Hoy tiene tres aviones, cuatro helicópteros y diez pilotos. Sus jets completan trescientos vuelos al año; unas seiscientas horas. Los usuarios pueden ser ejecutivos -raras veces de champán y caviar a bordo-, pero también deportistas, actores...

Con Antonio Banderas

Antonio Banderas es uno de sus mejores clientes. «Desde hace tiempo», precisa Dorado, que recuerda las ostras viguesas con las que obsequió al malagueño en un viaje a Luton (Londres). «Me dijo, muy agradecido, que en una ocasión le habían sentado fatal y que ya no era capaz de comerlas, así que para que no se perdiesen se las regalamos a los maleteros del aeropuerto. Diez años después nos siguen recordando cada vez que aparecemos por allí».

Pero es el vuelo corporativo el que intentan impulsar estas compañías. «Hay numerosos gallegos con negocios en Agadir. Un jet puede estar allí en dos horas y cuarto, y en línea regular -compara Dorado- hay que coger dos aviones hasta Marraquech y luego hacer seiscientos kilómetros en coche. Cuando se estudia, no hay color ni por comodidad ni por precio».

Como orientación, la hora de vuelo cuesta de 1.000 a 1.500 euros en helicóptero y de 2.000 a 2.500 en jet, que viaja a más de 700 kilómetros por hora. Con todo, hay que tener en cuenta si es preciso hacer llegar previamente la aeronave hasta el aeropuerto de salida o si hay que pasar noches en destino, lo que subiría el precio, que en alguna compañía se dispara si el servicio es urgente. Carmen, vecina de Ferrol, contrató un taxi aéreo de madrugada cuando la llamaron desde un hospital catalán para anunciarle que había llegado un riñón y que era posible trasplantárselo. «Pero debía estar allí a primera hora de la mañana», recuerda ella. Tenía preparado el dinero y se presentó en la escalerilla del avión «con los 10.000 euros» que le costó aquel viaje. A tocateja.

Desde Galicia se pueden contratar también empresas que operan en otras bases operativas, generalmente Madrid o Barcelona. La aviación ejecutiva movió 53.500 pasajeros en España el año pasado. Entre las firmas más potentes, Executive Airlines transportó a 14.000; Gestair, a 9.000, y Tag Aviation, a 6.000.

El interior de estos aviones, con asientos de cuero, mesa, teléfono y otras comodidades, está pensado para pocos pasajeros. Por ejemplo, los Cessna de la firma gallega tienen seis u ocho plazas. A bordo se pueden disfrutar varios servicios a la carta. «Hicimos un viaje a Helsinki -recuerda el comandante Amil- con un grupo de empresarios que iban a cerrar una operación. Resultó un éxito, así que regresaron a Galicia brindando con champán y picando caviar y jamón de bellota».

Pero el transporte de pasajeros en jet no es una actividad consolidada. La aviación ejecutiva tiene en los trasplantes su principal aliado, pues Sanidad se apoya en este servicio rápido y disponible las 24 horas que a veces traslada incluso a los equipos médicos. «Nos movemos sobre todo por el cuadrante norte de España», precisa Dorado. El acuerdo entre hospitales gallegos y portugueses les lleva también a Oporto y Lisboa.

Los helicópteros trabajan más bien en incendios, revisión de líneas de alta tensión e incluso filmaciones. Por ejemplo, «para el arranque de Mar adentro», la película de Alejandro Amenábar con la que ganamos un Óscar, saca pecho Julio Dorado.