«Hasta ahora la ciencia había admitido el hecho de que los gemelos monocigóticos no podían ser diferenciados genéticamente», constata en un comunicado el laboratorio francés que ha desarrollado el test, Eurofins Scientific. La nueva prueba fue posible gracias al examen genético de muestras de esperma de dos gemelos y de una de sangre del hijo de uno de ellos.
Cinco mutaciones
Los investigadores encontraron cinco mutaciones o variaciones genéticas extremadamente raras que se producen en la fase preembrionaria, poco después de que el blastocito humano se divide en dos, lo que da origen a los gemelos. Estos polimorfismos son los que se utilizarán a partir de ahora en pruebas de paternidad o en casos penales en los que el sospechoso sea genéticamente idéntico a otra persona. «Los resultados muestran que el método descrito no solo es aplicable en los casos de paternidad, sino también en los forenses en los que aparezcan manchas de contacto, escamas de la piel, cabellos, mucosa bucal o restos de semen encontradas en la escena del crimen, y muy probablemente también trabajará con manchas de sangre», exponen los científicos en el artículo. Caso resuelto. Un enigma menos para la ciencia.