08 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.
A diferencia de las bombillas de filamento tradicionales, en las que la mayor parte de la energía se gasta en forma de calor en vez de en un luz, en las Led, que suponen también un avance con respecto a las comunes de bajo consumo, ocurre lo contrario. El calor es un residuo, aunque esto puede suponer un problema, ya que es necesario controlar su temperatura para que no se fundan. Este defecto fue el que resolvió el equipo gallego mediante complejas simulaciones numéricas que optimizan el diseño, lo que permite disipar el calor y evitar que la lámpara se funda. En España hay nueve millones de puntos de alumbrado público que funcionan, en la mayoría de los casos, con bombillas de sodio de alta presión.