El Nobel de Medicina, para los reprogramadores de la vida

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Un británico y un japonés devolvieron las células adultas a su «infancia»

09 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Piense, por ejemplo, en el vecino al vecino de al lado. Es una persona adulta que trabaja como arquitecto. Es su especialidad. Imagínese ahora que existiera una máquina del tiempo que lo devolviera al momento de su nacimiento, que se transformase en un bebé al que se le abren todas las posibilidades profesionales de futuro: médico, ingeniero, abogado... Salvando las distancias, esto es lo que se consigue con la reprogramación celular: devolver las células adultas y especializadas - por ejemplo, en neuronas (forman el tejido nervioso), condrocitos (del tejido cartilaginoso) u ostocitos (tejido óseo)- a su más tierna infancia, cuando aún eran células madre pluripotentes con capacidad para convertirse en cualquier tejido u órgano. Y esta es la técnica que ha valido a sus creadores, el inglés John B. Gurdon, y el japonés Shinya Yamanaka, el Premio Nobel de Medicina. Gurdon, el padre de la clonación y el pionero de las células madre embrionarias, fue el primero en desafiar los dogmas de la biología y demostrar con un sencillo experimento en 1962 que la reversibilidad de las células es posible, aunque no fue hasta 44 años después, en el 2006, cuando el científico japonés Shinya Yamanaka consiguió dar marcha atrás a la maquinaria celular y devolver a un estado embrionario a células adultas diferenciadas de la piel. Había creado las llamadas células madre pluripotentes inducidas (iPS), la alternativa libre de polémica a la clonación terapéutica y al uso de células embrionarias humanas que permitirá avanzar en la medicina regenerativa, ya que, en teoría, pueden transformarse en cualquier órgano y tejido. «Sus descubrimientos han revolucionado nuestro conocimiento sobre cómo se desarrollan las células y organismos», subraya el jurado del Nobel.