La Guardia llegó a Cambados procedente de Ribeira, donde tocó la noche anterior
03 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Mil calles harían falta estos días para llegar a la plaza de Fefiñáns, en Cambados, sin tener que dar codazos a diestro y siniestro. Mientras el albariño bulle unos metros más abajo, en el paseo de A Calzada, en el recinto de piedra e historia se cocinan los grandes éxitos musicales de este certamen gastronómico. Y, aunque ninguno de los artistas que anoche participaron en la gala bautizada con el nombre del mejor blanco del mundo tenía el relumbrón de Julio Iglesias -que el miércoles abarrotó incluso las terrazas que se quedaron a la sombra de la plaza vallada en la que se desarrolló el concierto- el tirón y el callo de todo un Manolo Escobar tampoco pasaron desapercibidos para el público arousano.
Además de la añoranza de los 80, que se materializó sobre el escenario con La Guardia; del resultado de la factoría de Operación Triunfo, representada por Soraya, y de la solera del hombre que inmortalizó su carro perdido, la Gala del Albariño cuenta con una importante baza a tener en cuenta: es gratuita, algo que en los tiempos que corren suma puntos.