23 jul 2012 . Actualizado a las 11:57 h.
El negocio funciona así: una empresa ofrece sus servicios a un ayuntamiento y organiza la feria. Para ello contacta con todo tipo de vendedores y artistas callejeros. El alquiler de un puesto ronda los 90 euros el metro cuadrado. Si el negocio es un restaurante de la época con sillas y mesas, la broma alcanza los 2.000 euros. Antes se pagaban con gusto porque las ganancias eran extraordinarias. Hace cinco años una buena cantina se podía embolsar 18.000 euros en una semana. Carlos Plaza es un herrero que informa de lo mal que va la economía. «Aquí en Galicia y en el norte en general aún se vende algo, pero de Madrid hacia abajo es una ruina».