La física caza la partícula de Dios

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El CERN encuentra la evidencia más sólida de la existencia del bosón que da masa a lo conocido

05 jul 2012 . Actualizado a las 11:32 h.

Desde cualquier alga microscópica hasta el mayor planeta de la galaxia, pasando por los propios seres humanos. Todo está formado por materia, por partículas elementales unidas por una especie de pegamento que conforma el Universo y todo lo conocido. Ese pegamento es el campo de Higgs, propuesto por el físico británico del mismo nombre en 1964 y que constituye la base del Modelo Estándar de la Física. Es lo que permite a las partículas básicas interaccionar entre ellas y adquirir la masa. Pero para validar esta teoría era necesario que apareciera la partícula asociada al campo de Higgs, el bosón del mismo nombre. Y es lo que acaban de encontrar, con una certeza superior al 99,99994 %, los dos grandes experimentos del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) dedicados a la búsqueda de la llamada partícula de Dios, la que explica cómo se forma la materia, el ATLAS y el CMS. Dicho de otra forma, la posibilidad de que lo hallado no se corresponda con lo esperado es de una entre tres millones.

En medio de la emoción de científicos de todo el mundo por el que ya es el mayor hallazgo de la física de los últimos 40 años, los investigadores del CERN han tenido la prudencia de subrayar que el descubrimiento responde a resultados preliminares, que hacen falta nuevas pruebas para confirmarlo y que, en todo caso, lo que se ha hallado es una nueva partícula -lo que ya de por sí es algo notable- consistente con el bosón de Higgs y que encaja en el modelo estándar. Es la evidencia más sólida de su existencia, ya que se ha observado en el espectro de masas predicho, de alrededor de 125-126 gigaelectronvoltios, unas 130 veces la masa de un protón.

«Si no fuera científico diría que la hemos encontrado», señaló ayer el director general del CERN. «Hemos alcanzado un hito en nuestro entendimiento de la naturaleza», añadió. Sea o no sea el escurridizo bosón de Higgs, la observación de la nueva partícula indica el camino para una mejor comprensión del Universo.

¿Qué queda ahora?

Mucho. Aún será necesario tiempo para confirmar qué es realmente lo que se ha hallado. Habrá que describir las propiedades de la nueva partícula y verificar si se corresponden con las predichas para el bosón de Higgs. Hay que acumular más datos y medir las desintegraciones de quarks tras la colisión de protones. «Si es el Higgs del modelo estándar se deberían desintegrar en distintos tipos de quarks», explica el catedrático de Física de Partículas de la USC Bernardo Adeva.

¿Y si no es?

Si lo hallado no es bosón con las propiedades previstas por la teoría estándar probablemente sería un hallazgo aún más fascinante para la física, ya que abriría las puertas a nuevos descubrimientos. La teoría oficial no ofrece explicaciones para ciertas preguntas, como el hecho de que la diferencia de masa entre distintas partículas sea tan distinta. Pero aún hay más puertas abiertas. Por ejemplo, toda la materia conocida del Universo no es más que el 4% de la que está formada. Una versión más «exótica» de la partícula de Higgs podría ser, según el CERN, un «puente hacia la comprensión del 96 % del Universo que permanece en la oscuridad».

¿Habrá más sorpresas?

Seguro. El gran colisionador de partículas (LHC) aún funciona a la mitad de su capacidad. A partir del próximo año se empezará a doblar su potencia.

«Hemos alcanzado un hito en nuestro entendimiento de la naturaleza. Abre nuevos caminos»

Rolf Heuer