El chándal de la discordia

andrés losada REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

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Es la vestimenta que lucirán los atletas españoles en los Juegos Olímpicos de Londres el próximo verano y amenaza con convertirse en asunto de Estado

06 may 2012 . Actualizado a las 13:44 h.

«Borat va a las olimpiadas con el equipo español», «parece de domador de circo», «sacado de de un folletín de La ultima noche de Boris Grushenko» (una de las primeras comedias de Woody Allen), «chándal hortera poligonero + azafata turca + Miami Vice», «de barrio marginal», «patético», «vergonzoso»... Menos bonito, le han dicho de todo. Es la vestimenta que lucirán los atletas españoles en los Juegos Olímpicos de Londres el próximo verano y amenaza con convertirse en asunto de Estado. De momento, la portavoz de UPyD, Rosa Díez, ya ha pedido explicaciones al Gobierno.

Estilismos aparte, lo que ha enervado los ánimos del personal ha sido que el Comité Olímpico Español (COE) adjudicara el uniforme patrio a una empresa extranjera, la rusa Bosco Sport. La decisión ha puesto al sector textil en pie de guerra. La patronal de la Federación de Empresas de la Confección y la Asociación de Creadores de Moda, que agrupa a más de 50 diseñadores españoles como Adolfo Domínguez, Devota & Lomba o Custo Barcelona, expresó su «profundo malestar» por que ninguna firma nacional fuera la encargada de vestir a los olímpicos españoles.

Las asociaciones recuerdan que otros países usan precisamente los Juegos Olímpicos para promocionar a sus diseñadores. «Es el caso de Estados Unidos con Ralph Lauren, el Reino Unido con Stella McCartney o Italia con Prada y Armani, que han sabido reconocer esa necesidad de marca-país», indican en un comunicado.

El COE señala que Bosco Sport viste al equipo español desde el 2010 -en los Juegos de Pekín la encargada fue la firma china Li Ning- y que «ninguna empresa española, fabricante o diseñador se ha dirigido al Comité Olímpico Español para ser proveedor de ropa deportiva». Destaca la calidad de las prendas y dice que la polémica es «interesada y ficticia».