Las PIP no cuajaron en Galicia

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Los cirujanos plásticos creen que el porcentaje de prótesis mamarias defectuosas implantadas a mujeres de la comunidad es muy pequeño

24 dic 2011 . Actualizado a las 16:35 h.

¿Cuántas prótesis mamarias defectuosas de la marca Poly Implant Prothse (PIP) han podido ser implantadas en Galicia? Ni la Consellería de Sanidade, que recuerda que ese tipo de intervenciones se realizan mayoritariamente en la medicina privada porque la sanidad pública las limita a casos derivados de una enfermedad, ni ninguna de las otras fuentes médicas consultadas ha dado una cifra. Pero el mensaje general que han querido lanzar es de tranquilidad.

Algunas de esas fuentes reconocen que se han puesto, pero solo un porcentaje muy pequeño de cirujanos plásticos las han utilizado y, en caso de detectarse una rotura, pueden extraerse y reemplazarse por otras. A las personas que las tengan les recomiendan que vayan a hacerse un chequeo y recuerdan que la relación que puede haber entre la silicona industrial no autorizada con la que estaban rellenas y el cáncer todavía está en estudio y está por descartar.

Material barato

«No sé cuántas pueden ser, pero el porcentaje tiene que ser muy pequeño porque ese modelo aquí no ha tenido mucha tirada en el mercado», explica el cirujano plástico Francisco Martelo. Quizá, como explican otros de los consultados, porque era un producto barato utilizado mayoritariamente en Sudamérica. Además, desde el punto de vista de Martelo y del también cirujano plástico Javier Cerqueiro, lo que está ocurriendo con las PIP (prótesis que ninguno de los dos han utilizado nunca) es un tema mucho menos importante de lo que pasó en su día con los implantes de soja. Aquel fue un problema que obligó en el 2000 a quitarlos después de que en el Reino Unido se detectara que su degradación podía provocar efectos tóxicos. En Galicia hubo unas 90 afectadas, que al igual que los centenares que se registraron en España, tuvieron que ser indemnizadas por la empresa.

Ahora el caso es diferente. «Lo que ocurrió es que el Gobierno francés detectó que estaban rellenas con la silicona industrial y no médica. De ahí que haya indicado la retirada. El Estado francés fue el que dio luz verde a la puesta en el mercado de ese producto y ahora es él el último responsable, de ahí que se haya hecho cargo del problema», explica Javier Cerqueiro. De hecho, fue ya en el mes de marzo del 2010 cuando la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios las retiró del mercado después de que el Gobierno francés detectara un índice de rotura superior al existente en prótesis con las características autorizadas porque el relleno no se correspondía con los estándares de la UE.

El cirujano plástico José Midón añade también que «hace dos o tres años los fabricantes (ahora cerrados) modificaron el producto, lo que dio lugar a las partidas defectuosas, lo que no quiere decir que todas lo sean».