«Hay que dar entrada al buen 'hacker' en las redacciones»

Alfonso Andrade Lago
alfonso andrade REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El futuro de la infografía está en la «presentación interactiva de datos», afirma Alberto Cairo

16 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La infografía se encuentra en plena transformación. La nueva ola, a la que España aún no se ha enganchado, impulsa al infógrafo hacia una función más periodística, y desarrolla exponencialmente el periodismo de datos. Así lo afirmó Alberto Cairo, director de Infografía y Multimedia en la editorial brasileña Globo, durante el foro que impartió en la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre.

Cairo sostuvo durante el foro, organizado por la fundación y patrocinado por el Banco Sabadell, que, para crear las herramientas que posibiliten estos cambios, los informáticos se están incorporando a los equipos de infografía.

-¿Hacia dónde avanza la infografía en la prensa?

-Vivimos un cambio importante vinculado a las ediciones digitales. Hasta ahora, el trabajo de infógrafo se reservaba a diseñadores gráficos e ilustradores. Hoy entra en juego otro concepto, la estadística de datos, aplicada por ejemplo a la cartografía, a los mapas. Hay aún un gran desconocimiento de cómo hacerlos y tratar después esos datos, con una excepción: Estados Unidos. De sus facultades salen ya periodistas que están especializados en infografía.

-Entonces, ¿cambia también la función del infógrafo?

-Es más periodística. Su trabajo ya no es solo estético, sino ofrecer al lector, por medio de Internet, datos en los que aquel tiene la posibilidad de profundizar. Por ejemplo, si le muestra un mapa de la población europea, el lector puede pinchar en la zona que desee para encontrar más información. Nace otra forma de contar historias, solo con un gráfico.

-¿Quién está creando esas herramientas interactivas?

-En los equipos de infografía ya no basta con que haya diseñadores gráficos. The New York Times tiene cartógrafos, estadistas y periodistas, porque es necesario buscar datos. Y por supuesto, programadores que creen las herramientas. Hay que dar entrada al buen hacker, no al malo, en las redacciones; al informático, que muchas veces ya trabaja en el periódico. The New York Times ya tiene esos hackers. España se ha quedado un poco atrás. En Época, de la editorial Globo, acabamos de publicar un reportaje sobre el gasto de teléfono de los diputados en Brasil. Nuestro hacker obtuvo legalmente los datos mediante una herramienta que rastreó la web del Congreso. Gracias a eso publicamos que el gasto entre enero y agosto de este año equivalió a 300 años de llamadas locales.