La red social Twitter, que durante los últimos doce meses ha ganado millones de usuarios en todo el mundo al haber creado una manera de facilitar la interactividad entre un gran número de personas, dejó ayer a mucha gente sin la opción de decir, en menos de 140 caracteres, qué estaban haciendo en aquel momento.
Un ataque conocido como Negación de Servicio (Denial of Service, o DoS, en sus siglas en inglés) fue perpetrado contra los servidores de la página para impedir que los usuarios pudieran acceder a sus perfiles. El microblog estuvo fuera de línea desde poco antes de las 15.00 horas hasta pasadas las 17.00. Además, durante el resto de la tarde el servicio marchaba con lentitud y muchas veces volvía a ser inaccesible, porque el equipo técnico aún intentaba defenderse de la embestida.
Después de varias horas intentando restablecer el sistema, Biz Stone, uno de los fundadores de Twitter, publicó en su perfil el siguiente mensaje: «Teníamos muchas cosas que preferiríamos hacer esta mañana; defendernos de un DoS no era una de ellas». Eran las ocho de la mañana en San Francisco, California, donde trabajan casi todos los empleados de la empresa.
En Europa, que está adelantada nueve horas en el huso horario, ya era de tarde, por lo que muchas personas tuvieron que contener sus ganas de comunicarse con sus amigos (virtuales o no) a través del sistema.
En el mismo mensaje, Stone incluyó un enlace al blog oficial del servicio, donde se explica en qué consistió el ataque, pero se dan pocos detalles de cómo había surgido y por qué había logrado impedir el acceso de usuarios de todo el mundo. Su más de un millón de seguidores comenzaron entonces el efecto en cadena de difundir la información para que los adeptos de Twitter pudieran descubrir qué pasaba con su red social favorita.
En general, un DoS es usado, de manera coordinada o no, para atacar páginas web visitadas por muchas personas y que ofrecen un servicio relevante, como bancos y empresas de tarjetas de crédito. En términos básicos, consiste en usar un gran número de ordenadores para contactar con un servidor al mismo tiempo y captar toda su capacidad, de forma que no pueda responder a las solicitudes de comunicación de los usuarios legítimos.
Las personas responsables del ataque aún no habían sido identificadas al cierre de esta edición, pero los servidores de Twitter habían vuelto ya a a funcionar sin amenazas externas, aparentemente.