Las «lolas» se sortean en la disco

Agustín Bottinelli

SOCIEDAD

Locales de baile en Argentina atraen a sus jóvenes clientes con el reclamo de financiarles una intervención quirúrgica para aumentar el tamaño de sus pechos

25 oct 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Las jóvenes argentinas tienen una especial ambición en lo que respecta a su aspecto físico, y es el tamaño de sus tetas o lolas, como se las llama popularmente en este país. Desde hace ya algunos años, la vieja tradición de la puesta de largo de las niñas de 15 años, que se celebraba con una costosa fiesta, ha cambiado por una frase que las quinceañeras repiten a sus padres: «No quiero fiesta, quiero agrandarme las lolas».

Pero esta pasión por tener más pecho ha llegado a límites insospechados en materia de promoción comercial y hasta de campañas políticas muy poco pudorosas. A comienzos de septiembre, los dueños de algunas discotecas de varias provincias como San Juan, Córdoba, La Rioja y también Buenos Aires, decidieron poner de moda el sorteo de cirugías de implantes mamarios en sus locales con el fin de atraer al público femenino que accedía al sorteo previo pago de una entrada de 30 pesos (6,50 euros).

Muy pronto la oferta hizo furor entre la juventud y trajo el consiguiente debate en la sociedad con opiniones a favor y en contra. La pasión de las chicas por «hacerse las lolas» colmó los locales de baile, cuyos propietarios vieron que el invento funcionaba de maravilla.

Y muy pronto también se oyó la primera voz que ponía coto al asunto. «Por la ley que regula el ejercicio de la profesión médica no se pueden publicitar tratamientos médicos fuera de los centros de salud habilitados», advirtió Guillermo Williams, director nacional de regulación sanitaria y calidad en los servicios sanitarios del Ministerio de Salud de la Nación.

Por su parte, Francisco Famá, cirujano plástico y portavoz de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, señaló que, «desde lo comercial, nada impide que un empresario otorgue una cirugía como premio. Pero desde el punto de vista ético, no es un buen modo de contactar médicos y pacientes. No se puede sortear un implante como si fuera un electrodoméstico».

Claro que no faltan las voces a favor de estos sorteos, como la del cirujano plástico Guillermo Blugerman. «Son actos publicitarios que le dan la posibilidad de hacerse una cirugía a alguien que no tiene los medios. Lo más importante es que el paciente tenga la capacidad de elegir al cirujano que lo operará», dice.

Algunos políticos aprovecharon la ocasión de un asunto tan popular y polémico para atraer votos o juntar dinero para las campañas. Así, el ex alcalde de la localidad de Chilecito, Jorge Robador, candidato a diputado provincial de la provincia de La Rioja por una agrupación vecinal, pretendía financiar su campaña electoral con el sorteo de una cirugía estética de mamas, pero finalmente le hicieron desistir de recaudar dinero de ese modo para las elecciones del 2009.

Esta misma semana le tocó el turno a una discoteca de la provincia patagónica de Neuquén, que sortea entre su público una cirugía estética de los senos o su equivalente en dinero. «Mis nuevas lolas en Bloke» es el eslogan de la promoción que comenzó ayer y ya ha desatado la polémica. Un diputado provincial ha propuesto que se prohíba el sorteo.

En la provincia de Córdoba, la discoteca Montecristo -con los carteles que anunciaban «Te regalamos las lolas»- fue la precursora del ahora cuestionado sorteo; el primer agraciado fue un joven de 22 años, quien le ofreció el premio a su novia para que «se agrande las lolas» y ella, entusiasmada, agradeció el detalle.

Algunas provincias ya han prohibido oficialmente estos sorteos, lo que ha motivado las protestas de las jóvenes argentinas. Al parecer, también para ellas, sin tetas no hay paraíso.