El cierre de Lois marca el fin de los vaqueros «made in Spain»

SOCIEDAD

La firma, en dificultades desde hace años, fue emblema de una generación con sus cazadoras cortas y pantalones de campana

09 oct 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La globalización de la moda ha herido de muerte al toro de Lois. La empresa puntera de los vaqueros hechos en España ha anunciado su cierre y, según CC.?OO., dejará en la calle a 435 trabajadores de sus plantas de producción de Valencia y Ciudad Real. Con su desaparición, se cierra un capítulo de la historia de la moda en España, donde Lois fue el vaquero emblemático para la generación que hoy ronda los cuarenta años antes de que las etiquetas de las marcas americanas empezaran a cotizarse más caras.

Los vaqueros de Lois nacieron en la empresa Sáez Merino, creada en 1952 con el objetivo de fabricar ropa de trabajo. De ahí a empezar a utilizar dénim (nombre que recibe el tejido de los vaqueros) medió solo un paso. En 1954, ya estaban comercializando su primera gama de productos con esta materia tan resistente a los roces y a las modas. En 1962, nació Lois como marca y el toro se convirtió en su emblema, el mismo que años más tarde le llevaría a un enfrentamiento con el otro toro, el de Osborne.

Así, desde Millares, un pueblo a cien kilómetros de Valencia, la empresa Sáez Merino empezó a fabricar ropa y a crear tendencias que se exportarían a la juventud de toda España y del resto de Europa. Una de las claves para lograr esa universalidad fue la publicidad. Lois supo elegir a las figuras que lucirían sus prendas y realizó campañas con las estrellas del momento, como el grupo sueco Abba, su compatriota el tenista Björn Borg, el futbolista Johan Cruyff o el roquero Rod Stewart.

La firma arrancó con el diseño tradicional de cinco bolsillos y pierna recta. Su primer gran éxito fue precisamente el vaquero modelo Recto , un pantalón unisex con cierre de botones. En 1965, sacaron al mercado la cazadora Rodeo, un poco más corta de lo habitual y que supuso una verdadera revolución estética. De un fallo en la producción de esta chaqueta vaquera nació la moda de llevar los puños doblados hacia atrás, después de que una partida enviada a Francia que llevaba por error las mangas demasiado largas causase auténtico furo r. Cuando en los años setenta las mujeres adoptaron el vaquero como símbolo de la igualdad de sexos y la liberación femenina, Lois tuvo un nuevo acierto comercial al lanzar un modelo específico, el Yok o, ceñido en la cadera y de pierna acampanada, un estilo que se convertiría en el emblema de aquella décad a. La empresa empezó a fabricar otras marcas dentro de su mismo mercado, como Caroche, de vaqueros de gama alta, o Cimarrón, que triunfó con un modelo elástico femenino. En la cima del éxito, convertida en una de las grandes firmas internacionales del sector, para lo que no estaba preparada la compañía valenciana era para la avalancha de las marcas extranjeras, que empezaron a llegar en los ochenta. La pasión del público por lo foráneo y la creciente competencia del textil fabricado en países asiáticos donde la producción era más barata pudieron con el loable intento por mantener la producción doméstica. La empresa Sáez Merino atravesó numerosas dificultades en los últimos años, incluida la suspensión de pagos y el concurso de acreedores entre el 2004 y el 2006. Trasladar parte de la producción al norte de África o sacar, hace unas temporadas, una colección conjunta con el diseñador vanguardista Carlos Díez no fueron suficientes para que el público indultara al toro.