El diseñador celebra con una exposición ?sus bodas de plata en el mundo de la moda
09 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.Roberto Verino cumple este año sus bodas de plata en el mundo de la moda. Para celebrarlo, la semana próxima el Museo de la Moda de Madrid inaugura una retrospectiva de su trabajo que es para el creador «la guinda que corona el pastel». Su objetivo de futuro: «La proyección internacional».
-¿Qué balance hace de estos 25 años?
-Hay un antiguo precepto griego que recomienda no hablar bien de uno mismo, pero en estos casos... ¿qué quiere que le diga? Estoy profundamente satisfecho, orgulloso de mí mismo. Han sido 25 años de mucho trabajo, disgustos, horas de incertidumbre, pero también de felicidad compartida por la obra bien hecha. Sinceramente, ha merecido la pena.
-¿Su mejor recuerdo?
-Ya sé que puede parecer frívolo, pero seguramente ese momento escaso pero intenso en el que sales a recibir los aplausos de las personas que han visto tu desfile... Es una imagen que asocio al trabajo bien hecho.
-¿Cómo ha cambiado la moda en España en estos años?
-Es verdad que hemos cambiado mucho, la mera proliferación de revistas especializadas indican un antes y un después. Ahora la necesidad de seguir los consejos de la moda ha llegado a más gente. No tenemos aún el nivel de cultura de moda de las mujeres francesas o los hombres italianos, pero algo hemos avanzado.
-¿Viste la gente mejor ahora que antes?
-Ahora mucha más gente viste mejor que antes. Antes, un grupo selecto, muy reducido, vestía mejor que ahora.
-La Xunta quiere hacer una pasarela internacional de la moda gallega. ¿Le parece interesante y factible?
-Me parece muy difícil. Primero, porque no se puede hablar de nada que sea al mismo tiempo internacional y gallego, son incompatibles. Si haces una pasarela internacional tiene que ser de moda internacional, aunque hecha por gallegos. Si es de moda gallega, cosa que no sé exactamente qué es, no interesará a nadie que tenga una visión realmente internacional. Aparte, el gran problema es el presupuesto. Se necesitan unos tres millones de euros en cada edición para que tenga el mismo nivel que Cibeles. Dudo que exista la voluntad política para atar esa cantidad en los presupuestos. Creo que es más inteligente ayudar a cada diseñador según sus necesidades. Unos querrán desfilar en Nueva York, otros en París, otros en Madrid y otros abrir tiendas en Tokio.
-¿Qué requisitos tendría que reunir esta futura pasarela?
-Lo que le he dicho antes. Y a eso habría que añadirle otra aún más difícil: que un grupo mínimo de diez diseñadores quisieran desfilar (cosa hoy por hoy improbable; ya sabe, Zara, Adolfo Domínguez, Purificación García). ¿Dónde hay diez diseñadores gallegos, descontados estos, capaces de enseñar un trabajo que interese a la prensa internacional, si ésta no parece ni siquiera interesada en los veinte nombres de Cibeles? Y si encontrásemos diez genios desconocidos en la moda gallega, ¿cuánto tardarían en abrir su primera tienda en París, Milán o Nueva York?
-Hace unos años dejó Cibeles para concentrarse en el objetivo de desfilar en Nueva York. ¿Ha avanzado algo en este camino?
-Todos los días sumamos, pero es absurdo desfilar allí si no tienes una tienda representativa.
-¿Cuál cree que ha sido su contribución a la moda?
-Creo que he conseguido situar en el mercado un producto digno que responde a las necesidades reales de las mujeres y hombres de nuestro tiempo. Un estilo llamado funcional que, sin renunciar a los sueños de moda de mis clientes, ha conseguido proporcionarles objetos que funcionan, que, como decía Mies van der Rohe, envejecen con dignidad.