El hallazgo abre la puerta a tratamientos preventivos
01 nov 2006 . Actualizado a las 06:00 h.Una de las incógnitas más inquietantes de la medicina moderna, el conocido como Síndrome de la Muerte Infantil Súbita (SMIS), podría haber sido resuelta por un equipo del hospital de Boston. El estudio apunta que la causa de este síndrome, que provoca la muerte mientras duermen de bebés aparentemente sanos, podría estar en la zona del cerebro encargada de controlar la respiración, el sueño y otros actos reflejos. La teoría explicaría por qué el SMIS afecta principalmente a los niños que duermen boca abajo ya que, en esta posición, resulta más difícil generar los reflejos propios del sistema nervioso para contrarrestar un fallo respiratorio. Según la doctora Hannah Kinney, una de las participantes en la investigación citada por la agencia Reuters, los resultados «aportan la evidencia de que el SMIS no es un misterio, sino un desorden que se puede investigar con métodos científicos y, algún día, quizás se pueda identificar y tratar». Autopsias El resultado de la investigación partió de las autopsias efectuadas a 31 bebés que habían fallecido a causa del síndrome y a otros diez que murieron por otras causas, todos ellos en el estado de California. Entre las víctimas de SMIS, la observación de la parte más baja del tronco encefálico, el bulbo raquídeo, mostró una serie de anormalidades en las células nerviosas que producen y utilizan la serotonina, una de las sustancias químicas del cerebro que transmite los mensajes entre las células nerviosas. La serotonina y el modo en que la procesa el tronco encefálico ayuda a coordinar la respiración, la presión sanguínea, la sensibilidad al dióxido de carbono y la temperatura, según explica la investigación. Los bebés que duermen boca abajo o cuyo rostro queda cubierto por la ropa de cama, estarían respirando el dióxido de carbono que ellos mismos producen y, mientras que un bebé normal reaccionaría dándose la vuelta y reactivando su respiración para conseguir más oxígeno, los bebés con esta deficiencia cerebral carecerían de los reflejos necesarios para efectuar esta maniobra. La recomendación de que los bebés duerman boca arriba redujo hace algunos años los índices de muerte súbita infantil a la mitad. A pesar de ello, este síndrome supone la mitad de las muertes de bebés en el mundo desarrollado durante sus primeras semanas de vida. Los resultados de esta investigación abren la puerta a un diagnóstico a los recién nacidos para detectar la deficiencia cerebral que parece ser la causa de estas muertes. Incluso, según apuntan los investigadores, podría llegar a crearse un fármaco capaz de compensar esta merma de serotonina en los recién nacidos para evitar la posibilidad de sufrir el SMIS.