Los movimientos rápidos del ojo, responsables del 80% de la visión

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN

SOCIEDAD

La investigación abre la puerta al desarrollo de terapias para tratar problemas visuales Una científica gallega prueba en EE.UU. que sin las microsacadas las imágenes desaparecerían

20 ene 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

El ojo nunca para quieto. Aun fijando la mirada en un objeto inmóvil, nuestro sistema visual produce tres pequeños movimientos oculares por segundo. Son las llamadas microsacadas y, aunque pasan totalmente inadvertidas, poseen una importancia vital en la percepción visual. Son los responsables de hasta el 80% de la visión. Este protagonismo de las microsacadas, hasta ahora ignorado, cuando no despreciado, acaba de ser probado por un equipo del Instituto Neurológico Barrow de Phoenix (Estados Unidos) dirigido por la científica de A Coruña Susana Martínez-Conde y en el que también ha participado la viguesa Xoana Troncoso, que está realizando los estudios de posdoctorado en el centro norteamericano. El trabajo, publicado en la revista Neutrón, supone una revolución en el campo de la neurología de la visión, ya que refuta las teorías dominantes hasta el momento y abre la puerta a la aplicación clínica de los resultados. La investigadora gallega, de hecho, ya ha iniciado una colaboración con el departamento de Neurooftalmología de su instituto para aplicar el estudio en pacientes con problemas visuales debido, precisamente, a que sus ojos no se mueven todo lo rápido que deberían. «Los resultados se podrían aplicar a personas con distrofia de los músculos extraoculares o a las que tienen un déficit visual llamado ambliopía, que existe cuando un ojo es dominante sobre el otro», explica Martínez-Conde. El estudio de la investigadora coruñesa también cierra un debate iniciado en la década de los cincuenta, cuando varios laboratorios habían concluido que si se eliminaban los pequeños movimientos que genera el ojo nos quedaríamos ciegos, ya que si los ojos permaneciesen quietos sólo se podrían ver los objetos en movimiento. Sin embargo, sólo atribuyeron una función determinante a dos de estos movimientos: el temblor y la deriva. El papel de las microsacadas no se pudo determinar. La polémica se acentuó en los setenta, cuando dos laboratorios defendían posturas contrapuestas. Al final, uno concluyó que las microsacadas no eran más que tics nerviosos sin valor o que incluso podían resultar perjudiciales. Ahora, Martínez-Conde pone fin al debate al demostrar que sin ellos la imagen desaparecería al observar un objeto fijo. Es más, son responsables de hasta el 80% de la visión. Su instituto ya había demostrado hace años que estos pequeños movimientos activan la actividad neuronal del sistema visual, con lo que son vitales para la visión. Pero no se sabía hasta qué punto.