Las asociaciones católicas de enseñanza se preparan para un «otoño caliente»

Ángel Paniagua Pérez
A. Paniagua MADRID

SOCIEDAD

Consideran «negligente» el texto que aprobó el Gobierno el pasado mes de julio Planean varias movilizaciones contra la nueva Ley Orgánica de la Educación

27 ago 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

El Gobierno tendrá que afrontar un otoño caliente en el terrero educativo. Varias organizaciones confesionales y otras entidades de la comunidad escolar preparan movilizaciones contra el proyecto de Ley Orgánica de la Educación (LOE), aprobado en julio por el Consejo de Ministros. El diálogo entre el Gobierno y la Conferencia Episcopal para tratar de llegar a una solución de consenso en torno a la asignatura de Religión se halla suspendido, y los actores que lo protagonizan dudan incluso de su utilidad. La Confederación Católica de Padres de Alumnos (Concapa) piensa presentar batalla contra una ley que tilda de «negligente» y cuajada con prisas. Su presidente, Luis Carbonel, alentará protestas a la vuelta del verano en la creencia de que el Gabinete de Rodríguez Zapatero, llevado por su «despotismo», quiere imponer a los padres el centro y la ideología en los estudios de sus hijos. La marcha, para la que aún no hay fecha, tendrá una participación masiva, según pronostica Carbonel, quien ve en el Gobierno la voluntad de imponer un «adoctrinamiento ideológico de signo laicista». En el empeño por defender la libertad de enseñanza, la Concapa y las organizaciones afinen encuentran el apoyo del PP, que no dudará incluso en estar presente en la manifestación contra la reforma educativa del Gobierno si es invitado. Uno de los defectos más graves que ven los populares en la norma es que contribuye a perpetrar la «desvertebración del sistema educativo». Y es que el texto que aprobó el Consejo de Ministros en julio sigue manteniendo una regulación sobre los contenidos mínimos que, a juicio de los populares, contribuye a la disgregación del currículum escolar. «Engañosa equidad» El PP sostiene que el proyecto supone una vuelta atrás, y que plantea una «engañosa equidad» que repercutirá muy negativamente en los sectores más desfavorecidos. De hecho, eL PP no descarta presentar un recurso de inconstitucionalidad contra la LOE después del debate parlamentario. En cuanto a la jerarquía eclesiástica, aunque no quiere aparecer al frente de la pancarta contra la LOE, sí ve con buenos ojos que los católicos laicos hagan valer sus derechos y luchen contra una norma que, según el vicepresidente del Episcopado, Antonio Cañizares, tiene ribetes totalitarios. A los obispos no les gusta una ley que, a su juicio, no respeta la iniciativa social e invade esferas de la vida privada. No en vano, un informe jurídico de la Conferencia Episcopal concluye que algunos artículos son incompatibles con la Constitución. Pero, pese a la beligerancia de algunos prelados, otros miembros de la Conferencia Episcopal son partidarios de que la Iglesia adopte un tono mucho más comedido.