Un vecino de Torrejón de Ardoz (Madrid) asegura tener en su domicilio la bola de fuego que se avistó en Madrid la noche del viernes y lo llamativo del caso es que asegura que no tiene ninguna intención de entregárselo a las autoridades para su estudio. «Lo que cae del cielo sólo es de Dios», afirmó ayer José Cuadrado, que señaló que aún no sabía que es lo que dice la legislación sobre este tema pero que no tenía la intención de entregárselo a nadie. Según el improvisado propietario del hallazgo, «se trata de una especie de roca, parecida al granito, de forma rectangular y con las aristas redondeadas, de 32 centímetros de largo y 15 centímetros de ancho y con un peso que ronda los treinta kilos». Cuadrado afirma que localizó el objeto poco antes de que amaneciera, tras buscarlo toda la noche después de que una persona que tiene animales en su finca le avisara de que lo había visto caer en la zona. «Cuando lo encontré aún echaba humo, había originado un pequeño cráter y no estaba totalmente carbonizado», explica. Vestido con un mono y con guantes en las manos, José Cuadrado utilizó unos tablones para recoger la pieza, que aún estaba caliente, y se la llevó a casa, donde asegura seguir teniéndola. El atrevido ciudadano es consciente de que pudo correr algún riesgo al coger la bola de fuego. Según dijo, «lo mismo no he sido lo suficientemente prudente que requiere el caso», pero lo que tiene claro es que será él quién rentabilice el hallazgo. Así, anunció que tiene la intención de convocar una conferencia de prensa el próximo martes, porque hasta entonces estará de viaje. «Si lo quiere el Estado tendrá que pagarme una deuda que tiene pendiente conmigo. Si no es así, antes prefiero ir a la Embajada de Estados Unidos y entregárselo a los americanos», sentenció.