Navidad ganada a pulso

Alba Díaz-Pachín | alba.diaz@lavoz.es

SOCIEDAD

25 dic 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Hay formas y formas de celebrar la Navidad, y sin duda una de las maneras más originales es la de Alian Robert, el hombre araña francés que coronó y descendió ayer, en 4 horas y 20 minutos el edificio más alto del mundo, Taipei 101 , en medio de una inusitada expectación ante el frío reinante, la niebla y los fuertes vientos. Robert, de 42 años, ya había escalado, sin más instrumentos que sus brazos y piernas, la Torre Eiffel de París, el edificio Empire State de Nueva York, el puente Golden Gate de San Francisco, la torre Sears en Chicago y la ópera de Sydney. Para escalar la Taipei 101 (508 metros de altura, 101 pisos y todo de cristaleras muy resbaladizas), Robert invirtió tres horas y media y sólo se sirvió de una cuerda de seguridad. El hombre araña se gana la vida ascendiendo por los edificios más altos del mundo, una manera de vivir su afición y recorrer el mundo. En este caso, se encontraba en Taipei porque el edificio (un prodigio de la técnica que costó 1.700 millones de dólares) se inaugurará el 31 de diciembre y ya hay actividades para la celebración. Cuento de Navidad en Argentina Antonia también se ha ganado a pulso su navidad. Se trata de una niña argentina que ha protagonizado un cuento de Navidad que ríanse ustedes de Dickens . Resulta que cuando cumplió diez años, la madre de Antonia la metió en un autobús y le dijo que no volviese jamás a su casa. Al terminar la ruta, el conductor del bus la dejó en un orfanato, donde se pasó cuatro meses sin abrir la boca. Los funcionarios pudieron, poco a poco, ponerse en contacto con sus padres, que dijeron que no querían saber nada de la niña y que la diesen en adopción. Por suerte, o simplemente porque a veces la vida compensa a los más débiles, Antonia conoció a Diana Bichachi, una abogada y socióloga que acudía al orfanato y de la que se hizo amiga. «Antonia necesitaba una madre; yo buscaba un hijo, y cuando nos encontramos quisimos creer que era posible un milagro de Navidad», escribió Bichachi, porque lleva meses con los trámites de adopción y aunque a finales de noviembre tenía que llevarse a su hija a casa, un parón burocrático le impidió hacerlo. De hecho, Antonia se veía obligada a pasar la Navidad en el orfanato: «A Antonia la han abandonado por segunda vez -decía Bichachi- aunque ahora es la Administración». Ante todo ello, la socióloga decidió jugárselo todo y primero hizo una recogida de firmas por Internet, después escribió una carta al periódico La Nación y finalmente, apareció en uno de los programas de televisión de más audiencia el mismo día 24 para pedir ayuda: «Quedan horas para Navidad y yo, que todavía creo en los milagros, les pido que me ayuden, para llegar al corazón del doctor Roberto Esquenon , del Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial, de Esquina, provincia de Corrientes, para que autorice que Antonia pueda pasar la Navidad con una familia que la quiere». El juez, ante semejante presión, y a falta de unas horas para Navidad, permitió la salida de la niña que, seguramente por primera vez en sus once años, tendrá un hogar. Después de esta historia tan tierna, termino con otra menos dramática: más de cincuenta motoristas vestidos de Papá Noel y montados sobre su Harley Davidson hicieron ayer una visita a los niños ingresados en el Hospital Sant Joan de Deu. La comitiva ha partido de L'Hospitalet y ha recorrido varias calles de Barcelona hasta el Hospital Sant Joan de Deu con sus motos en las que llevaban globos rojos. Además, los motoristas ha llegado con una furgoneta llena de regalos para hacer pasar un día de Navidad muy especial a los niños ingresados.