A los puntos

SOCIEDAD

15 oct 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

LOS LUMINOSOS que anunciaban durante el puente del Pilar que el año pasado murieron en las carreteras 58 personas no han tenido ningún efecto. Este año han sido 64 los que se dejaron la vida en esos seis días de fiesta. Sin embargo, lo que sí funcionó fueron los avisos de control de velocidad por radar y la advertencia del endurecimiento de las penas a los infractores, coincidiendo con la operación retorno de las vacaciones de verano. La cifra de fallecidos fue de las más bajas de los últimos tiempos. Puede ser discutible si la velocidad en las autovías debe limitarse a 120 kilómetros por hora. No es razonable que cada poco los automovilistas deban reducir la marcha a 50 porque una carretera nacional se convierte de repente en vía urbana. Tal vez no falten motivos para ver afán recaudatorio en algunas medidas adoptadas por Tráfico. Pero lo que es indiscutible es que, hasta ahora, las medidas coercitivas han sido el mejor antídoto contra la sangría anual. Francia e Italia son algunos de los países que con el carné de puntos han logrado contener la siniestralidad. Nadie asume que es capaz de una temeridad de tal calibre que le lleve a perder la licencia y a la cárcel. Pero cualquiera reconoce que en el coche comete pequeñas imprudencias sin mayor trascendencia. Sin trascendencia mientras no provocan una tragedia. De esas nimiedades es de lo que nos cuidaremos a partir de ahora. Son las que nos pueden dejar sin carné. Y convertirnos en involuntarios homicidas.